El exalcalde de Ourense, Francisco Rodríguez, suma tres imputaciones en causas judiciales abiertas en las que se investigan supuestos delitos. Ninguna es comparable con la Pokemon, por la dimensión -la juez le atribuye 7 posibles delitos- ni por sus efectos. Su detención por orden de Pilar de Lara, en septiembre de 2012, lo mantuvo incomunicado 52 horas y desencadenó su dimisión tras 5 años al mando. Además agrietó el pato de convivencia entre PSOE y BNG. A la época del bipartito, como el caso de los paneles cerrado también en vía contenciosa, corresponde la imputación por las obras de la calle Bedoya que la junta presidida por él decidió tramitar por un procedimiento negociado, urgente, y sin publicidad. Un total de 9 políticos del órgano de gobierno, el asesor jurídico y tres empresarios están imputados. La última citación por los contratos mediante asistencias técnicas de personal externo -los pagos fueron reparados por el interventor y él los levantó por decreto- complican más la situación judicial de un exregidor en pleno ascenso en su partido. Desde su arresto Ourense vive en una crisis institucional permanente.

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