De la preocupación de un grupo de educadores y psicopedagogos de Ourense ante la compleja realidad de la infancia y la adolescencia nace ASEIA, la Asociación para a Saúde Emocional na Infancia e Adolescencia, que pretende crear un espacio para que los padres planteen y gestionen sus dificultades ante la ardua tarea de educar a sus hijos en una de las etapas más vulnerables y en la que la sexualidad, el bullying o internet se presentan como serias amenazas. Durante un mes, el colectivo visitará varios centros educativos de la provincia para presentar a padres y profesores el programa formativo "Adolescencia Positiva". Vanesa Rodríguez es psicopedagoga y una de las integrantes de este colectivo que pretende proporcionar las herramientas para abordar "con seguridad" el delicado adiós a la infancia.

-¿Existe un vacío en la atención terapéutica en estas edades?

-Creamos la asociación porque vimos que había una necesidad en la adolescencia. Lo curioso es que quien se acerca a nosotros no son los que tienen mayor necesidad, sino los que tienen más interés en hacerlo bien. Son padres que dudan y lo cuestionan todo. Pero no son estos los que más lo necesitan.

-¿En qué momento se produce el error en esta etapa educativa?

-Es complicado determinarlo, pero la falta de tiempo y dedicación a los hijos puede estar detrás. Muchas veces confundimos la cantidad de tiempo con la calidad de la atención. A veces son más importantes cinco minutos bien aprovechados que varias horas.

-¿Cómo se percibe el cambio de etapa? ¿Cuándo un niño se convierte en adolescente?

-La adolescencia cada vez es más larga, empieza antes y dura más. Implica muchos cambios y hay que estar atentos porque el niño vive un momento de duelo, es consciente de que deja atrás la infancia y sabe que eso supone pérdidas. En la infancia todo está dado pero la adolescencia supone responsabilidades, es atractiva pero muy costosa para ellos. Además, implica resituarse toda la familia. Los padres dejan de ver como un niño a una persona que busca su identidad y que demanda su espacio.

-¿Cometen un error los padres cuando se resisten a admitir que su hijo es ya un adolescente?

-Hay padres a los que les gusta ese proceso de cambio y otros que se resisten a que crezca y no dejan que se desarrolle. El cambio es difícil para todos pero resistirse puede provocar dificultades. El problema es que hay una excesiva protección en la infancia y al llegar la adolescencia pensamos que el niño ya se vale por sí mismo y lo dejamos solo, desvalido.

-¿Este conflicto en las relaciones familiares puede derivar en rupturas irreversibles?

-Nada es irreversible. Trabajando puede ser más o menos costoso, pero con interés se puede cambiar. Nadie es perfecto y lo importante es prender de los errores.

-¿Cómo se combaten las amenazas externas que llegan, sobre todo, a través de los soportes audiovisuales y publicitarios?

-Los adolescentes son un blanco fácil para el consumo y los mensajes llegan por todas partes. Los padres no pueden dejar solo al adolescente. Está claro que no se le puede proteger de todo, pero sí es necesario un pequeño acompañamiento. Un pequeño punto de vista frente a un anuncio sexista o una película como "Crepúsculo" donde la protagonista es una sumisa puede ser suficiente, que el chico sepa a lo que se enfrenta.

-La prohibición no es recomendable.

-Nunca porque, además, puede ser un estimulante para el adolescente. Hay tanta información y tantos soportes que prohibir no es efectivo. La clave es educar.

-¿Son el "bullying" y el acoso sexual una amenaza para los adolescentes en Ourense?

-No tenemos estudios sobre la provincia pero están a la orden del día. Las nuevas tecnologías son una herramienta de los adolescentes que los padres deben conocer. Es necesario que sepan lo que son las redes sociales y tener un cierto control de su manejo. Hay que llegar a acuerdos respecto al uso y tener los mismos cuidados que se tienen ante los peligros que están en la calle. No se pueden presentar las nuevas tecnologías como un mal endémico porque también se usan para estudiar. Hay que saber manejarse y estar pendiente como en todo. Igual que les decimos que no se vayan con cualquiera, tampoco pueden aceptar a cualquiera como amigo en una red social. Las claves son las mismas, solo cambia el formato.

-¿Cómo se puede detectar que nuestro hijo está siendo víctima de acoso o que está siendo un acosador?

-Eso no aparece de repente, es un proceso. Hay pequeñas cosas que se perciben pero no se les da importancia hasta que pasa algo. Lo mejor es crear un clima de confianza y comunicación con tu hijo desde el principio. Confianza para poder decirle algo sin que se sienta juzgado.