La abuela de Ourense, Amelia Prieto, celebró ayer su 106 cumpleaños en la residencia de Os Gozos, en Pereiro de Aguiar, suspirando por un militar castrista, "muy guapo", del que quedó viuda -sin hijos-, hace más de 60 años, debido a un acto violento que acabó con su vida en Cuba. La centenaria se mostró "muy contenta y muy feliz", al escuchar como su sobrino Antonio, Zoila -la mujer que cuidaba a la familia en Parada do Sil-, vecinos de la referida localidad ourensana, compañeros de residencia y personal del geriátrico entonaban varias versiones del "Cumpleaños feliz". Tras soplar las velas, tomó una porción de Tarta de San Marcos con café con leche "muy cargado", una de sus bebidas preferidas. También le encanta el "arroz por leche".

El ambiente entrañable vivido en la jornada de ayer, hizo que la centenaria -a pesar de que tiene un carácter tímido- se arrancara a tararear unas estrofas de una canción de Antonio Machín, que figura entre sus mayores preferencias.

Personal del centro le entregó un ramo de flores a la centenaria, que recogió con gran emoción, antes de soplar las velas de la tarta de cumpleaños, elaborada con bizcochos, trufa, yema, nata y almendras.

Amelia Prieto nació en Parada do Sil. Como eran cuatro hermanos, sus padres llegaron a un acuerdo con unos tíos de la chica -sin descendientes- para que se fuera con ellos a Cuba, a los 16 años, donde se terminó casando con "un militar guapísimo", del que estaba muy enamorada, en la época dorada del castrismo.

Durante varias décadas permaneció viuda en Cuba. En torno a los sesenta años regresó a Parada do Sil, para atender a sus padres, que estaban enfermos, y continuó viviendo con una hermana, hasta que tuvo que ser ingresada en el Complexo Hospitalario Universitario de Ourense, al sufrir un derrame cerebral. Cuando le dieron el alta, en enero de 2007, se fue a vivir a la residencia de Os Gozos, en Pereiro de Aguiar, de la Fundación San Rosendo, en la que hay otros tres centenarios.

Amelia Prieto siempre ha mantenido el sueño de regresar a Cuba, donde pasó los mejores años de su vida. Siente "una gran emoción" cada vez que ve en la televisión a Fidel Castro, porque vivió el auge del régimen castrista.

A pesar de la nostalgia que siente por la isla caribeña, la centenaria permanece "muy contenta" en la residencia de Os Gozos, donde el personal del centro la describe como "una señora muy cariñosa, muy buena, que siempre está muy contenta". No es muy habladora, sino "más bien callada y le molesta mucho el ruido". Y a pesar de que se encuentra en una silla de ruedas, presenta un buen estado de salud.

Amelia Prieto suele desayunar en la cama, café con leche, siempre muy cargado, pan, galletas y un zumo de naranja. A las diez la levantan, la duchan y la asean. Y como "le gusta escapar mucho del ruido", va a fisioterapia, para que le hagan movilizaciones, y luego está con los demás residentes viendo la televisión.

A la una come "de todo", como los demás internos: verdura, pescado, pollo? "Comida que esté blandita", sin necesidad de triturarla. "Nunca protesta por nada; es un cielo de señora. Todo le está bien y todo le gusta", reconocen la directora del centro y médico, María José Penedo Pérez.

A pesar de que los internos se encuentran contentos en la residencia, continúan añorando a sus familiares, que generalmente los visitan los fines de semana y los martes. También forjan amistades en el interior del centro y forman peñas, para jugar a la brisca. Los hombres muestran preferencia por el fútbol. Las mujeres tienen mayor interés por los actos religiosos, programas de cocina, salud y del corazón.