A Merca amaneció ayer sobre un fondo negro y humeante resultado de uno de los peores incendios registrados esta temporada en Galicia en cuanto a daños materiales. El fuego calcinó 300 hectáreas y barrió el municipio desde el colegio hasta Compostela y Celeirós llevándose por delante varias viviendas deshabitadas, la mitad de la casa de una octogenaria en Proente, fincas particulares, cultivos y parte del tendido eléctrico y la línea telefónica.

El alcalde, Manuel Jorge Velo, que sufrió una crisis de ansiedad en pleno dispositivo después de que 58 niños del colegio y 27 ancianos de un geriátrico tuviesen que ser desalojados, está convencido de que la penosa situación en la que ha quedado A Merca tras este desastre merece la declaración de zona catastrófica. Por ello, la concejalía de Medio Ambiente trabaja desde primera hora de la mañana de ayer recabando datos por toda la zona afectada para elaborar un "concienzudo informe" sobre el que apoyar esta solicitud. Todavía no se han cuantificado las pérdidas pero se prevé que sean elevadas. Así lo explica el regidor, prácticamente convencido de que "existen argumentos sólidos y suficientes" para tramitar ante la Subdelegación del Gobierno esta petición que reportaría ayudas económicas para los afectados. "La concejala está haciendo el trabajo de campo y visitando casa por casa para evaluar los daños", explica Velo. Las llamas quemaron viñedos y maizales pendientes de cosecha, fincas productivas, árboles frutales, pinares, castaños y carballos, además de cierres y alpendres.

Manuel Velo espera que los vecinos hayan tomado conciencia tras este desastre de la importancia de mantener limpias y desbrozadas sus propiedades y espera que "esto no se vuelva a repetir". "Todos los años ponemos bandos y enviamos requerimientos a los que no cumplen la ordenanza pero yo no tengo autoridad para entrar en una finca privada con una desbrozadora, por lo que nos vemos limitados para hacer cumplir la ley", señala.

El alcalde tampoco tiene duda de la "intencionalidad criminal" de este incendio que se inició a las 13,30 horas en al menos dos puntos diferentes a escasos metros del colegio de Infantil y Primaria. La policía autonómica busca al autor del fuego y según explicó el regidor un vecino alertó de la presencia de un coche "sospechoso" en las inmediaciones. Los dos focos que prendieron al mismo tiempo están separados entre sí unos 20 metros y discurren paralelos a la carretera que pasa por delante del Concello y del colegio, pero a una distancia que descarta la negligencia por colilla. "Fue unos metros adentro y utilizaron algún artilugio", apunta el alcalde, para quien la persona que provoca un incendio al lado de un colegio es un "terrorista".

También los vecinos arremetían ayer contra los incendiarios. El que provocó este fuego, decía una vecina de Foxás, "tenía que arder ahí, poco a poco". Pero además, lamentaron la falta de medios con la que operaron los efectivos antiincendios.

En Proente los brigadistas se enfrentaron a las viviendas en llamas con calderos de agua porque no había motobomba y muchos vecinos lograron salvar sus casas a base de regar el perímetro con mangueras y cubos. Ayer, los jardines particulares eran cementerios de cenizas en los que la construcción sobresalía intacta en medio de la humeante negrura.