En esos mismos comicios municipales de 2011, el BNG denunció ante la junta electoral de Ourense que el alcalde de Lobeira, Emilio Higuero Cardoso, tenía censadas siete personas en su casa -cuatro años antes tenía censadas a 15 personas, con derecho a voto en las municipales- a pesar de que "vive solo".

El portavoz nacionalista, Antón Álvarez Álvarez, admitía como legítimo que mantuviera censado en ese domicilio a su nieto, que reside en Madrid, pero no a un guardia civil que estuvo destinado hace veinte años en el cuartel de Lobeira, junto a su mujer, y que estuvieran censados en un pajar, que el regidor convirtió en bodega, cuatro personas de Entrimo, que dos vecinos de Lobios se encontraran censados en una granja de aves de Lobeira, mientras que otra persona figurara como residente en el antiguo edificio del Concello, a la que denominaban "el habitante fantasma", porque ningún vecino la había visto.

El proceso de altas en el censo, coincide en el tiempo con la adjudicación de las plazas del Obradoiro de Empleo de Lobeira, según denunció Antón Álvarez Álvarez.