La Consellería de Medio Rural y del Mar ha dado por controlado el incendio que desde ayer por la tarde afecta a la parroquia de Cudeiro, en las inmediaciones de Ourense, y ha desactivado el nivel uno que tenía en marcha debido a la proximidad del fuego a los núcleos de población. Según los últimos datos de Medio Rural el incendio ha quemado unas cuarenta hectáreas y en las labores de extinción y control participan 3 agentes forestales, 12 brigadas, 6 motobombas, 1 pala, 10 helicópteros y 10 aviones. Además de los medios de la Xunta, el Ministerio de Medio Ambiente y municipales, han sido movilizados 85 militares de la UME procedentes de León y Marín (Pontevedra) para combatir tanto los incendios de Cudeiro como el de Velle.

Cuando la capital de Ourense hervía, a primera hora de una tarde tórrida con alerta naranja por calor, un reguero de fuegos con origen intencionado sembró el terror en la periferia norte de la ciudad, a ambos lados del río Miño, en las parroquias de Cudeiro y de Velle --en este caso está estabilizado-- donde decenas de casas unifamiliares se diseminan arriba y abajo por las montañas que sepultan la ciudad. Varias fueron desalojadas, personas y animales incluidos. Han ardido más de 20 hectáreas en Cudeiro y 133, según el último dato, en Velle. Ya de noche, entre Velle y Sabadelle, en el límite entre la ciudad y Pereiro de Aguiar, las llamas seguían devorando monte sin control. Varias unidades de militares de la UME se desplegaban en la zona junto a un amplio operativo.

En agosto habituales y familiares de veraneo duplican la población de los asentamientos del cinturón ourensano. Lugares donde el fuego es una amenaza que se repite año a año. "Teñen que collelo, teñen que collelo, sempre plantan na misma zona", bramaban los vecinos de Cudeiro, donde las llamas se originaron al pie de la carretera, en Valdorregueiro, y crecieron ladera arriba poco después de las tres de la tarde. El de enfrente, se inició en A Lonia. A las dos de la tarde, antes del estado de alarma, ya se había registrado un incendio en Sabadelle que quedó controlado y tampoco se descarta que el posterior fuera una reproducción.

Dos incendios imponentes con columnas de humo visibles a kilómetros de distancia comprometieron propiedades, quemaron tendidos, destrozaron parcelas, invernaderos, un gallinero, cierres, viñedos y fincas y sitiaron viviendas. El fuego rodeó una capilla. No constan daños, en algunos casos por metros, en viviendas. Una lluvia de cenizas se esparció por Ourense. El acre olor a humo se instaló de noche.

El viento espoleó el avance destructor de las llamas en las dos direcciones. La Xunta activó el Nivel 1 de alerta en ambos márgenes del Miño por el riesgo para las poblaciones de As Barxas, Costoira, Costa, Poboadura, Seara Vella y Gustei (Coles), en el lado derecho, y A Lonia, Canibelos, San Tomé, Velle y Sabadelle, en el contrario --a estas horas controlados--. .Los dos grandes incendios sembraron el caos, acabaron diseminados en varios focos y kilómetros de distancia, se multiplicaron por momentos-"parece que cuanto tenemos uno medio controlado saltaba otro", dijo ayer la conselleira- y en Sabadelle, ya en el concello de Pereiro, a punto estuvo de consumir dos casas.

Sin resultados conocidos en años anteriores y sin líneas aún concluyentes, la Policía investiga a dos posibles autores, uno de ellos un supuesto pirómano incrustado en las brigadas que presuntamente prendía al paso de los trabajadores contra el fuego. Testigos habrían visto a un hombre en un maizal, aunque desde Comisaría negaron que haya detenidos. Otro hilo sin confirmar recoge el testimonio de dos jóvenes que aseguraron encontrar un libro alusivo a incendios , con una dedicatoria, cerca de la capilla de San Roque, en el Camiño Real.

El día escogido para quemar el monte era propicio: máximas de 38 grados y poderosas rachas de viento que complicaron aún más la extinción y propulsaban el fuego a las copas de los árboles. En algunas propiedades la maleza llegaba a las puertas. "Uno se siente impotente", decía in situ la conselleira Rosa Quintana. El alcalde, Agustín Fernández, interrumpió sus vacaciones para seguir el estado de emergencia. A última hora también acudió el vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda.

3 horas con el tráfico cortado

Dos chicos de 19 y 25 años de edad sufrieron intoxicación por humo, de carácter leve, mientras colaboraban en tareas de extinción en la zona de As Barxas. Una ambulancia los trasladó al CHUO y a última hora de la tarde recibieron el alta médica, según fuentes del hospital. Además, la Policía Local, que movilizó a seis patrullas, realizó desalojos en varias casas por precaución y tuvo que cortar el tráfico de la carretera de Cudeiro, desde las 17,07 a las 20,15, entre el acceso desde Ourense y del de Gustei (Coles), para priorizar las labores de emergencia.

El operativo de medios fue ingente: decenas de aviones y helicópteros por aire -algunos llegados de Asturias y Extremadura y medios del Ministerio de Medio Ambiente-, Guardia Civil del Seprona y Policía Nacional recorriendo uno y otro lado, brigadistas de varios ayuntamientos, hasta tres unidades especializadas BRIF de Puerto del Pico (Ávila), Tineo (Asturias) y Tabuyo del Monte (León). Los bomberos de Ourense, con tres unidades y todo el turno volcado, solo regresaron al parque para cargar depósitos entre las tres de la tarde y la medianoche de ayer.