El evento más internacional y uno de los más esperados del verano ourensano llegó anoche a la capital para hacer disfrutar a cientos de personas de todas las edades. Sobre los tablones de madera de un escenario situado delante de la Casa do Concello, los seis grupos participantes en la trigésima edición de las Jornadas de Folclore Internacional llevaron al público un espectáculo vibrante de unas dos horas de duración.

Una Plaza Mayor abarrotada por cientos de personas aplaudió enérgicamente cada uno de los pases que realizó cada grupo. Un total de 176 artistas expusieron lo mejor del folclore de países tan dispares como Bielorrusia, Bolivia, Brasil, Polonia, Serbia y Filipinas. Pero antes del deleite de música y danza ofrecido por las agrupaciones, hubo tiempo para el deleite visual con el tradicional desfile que partió a las 22:30 horas de las inmediaciones de la Subdelegación del Gobierno en el Parque de San Lázaro y recorrió la Rúa do Paseo para acabar en la Plaza Mayor.

Una vez llegaron a la plaza los grupos, comenzó el espectáculo que consiguió trasladar al público, en sus aproximadas dos horas de duración, a países separadas geográficamente por miles de kilómetros e infinitas horas de viaje. El grupo de canto y danza folclórica regional "Jodelki" de Polonia fue el encargado del despegue de la cita en una actuación que sedujo al público por la originalidad de sus bailes y por la interesante combinación de instrumentos tradicionales de la región e instrumentos típicos de los pastores, una de las principales ocupaciones de la zona.

La agrupación brasileña "Compañía Ritmos e Danças Populares Cordapes" tomó el relevo con un gran despliegue de arte colorista que contagió al público el espíritu diverso de una cultura que se nutre de bailes de origen indígena, de bailes que los esclavos africanos llevaron en su día a Brasil y de bailes de origen europeo. La siempre deslumbrante samba y las danzas africanas dieron paso a los movimientos virtuosos y piruetas del grupo bielorruso "Belaya Rus'".

La elegancia de la agrupación también quedó reflejada en su vestimenta con peculiares bordados y llena de colorido. Tras una muestra de su variado repertorio musical y coreográfico llegó el turno de los filipinos "Pamana Folkloric Dance Company". Este grupo está formado por miembros de la comunidad emigrante del país asiático que reside en Montreal (Canadá). Aunque es la primera vez que la agrupación visita nuestro país, la delicadeza de sus coreografías y su colorido vestuario conquistó al público.

Les sucedió en el escenario el Ballet Folklórico de La Paz - Bafopaz, uno de los grupos con mayor proyección dentro del folclore boliviano. Su riqueza escénica e interpretativa quedó manifiesta con el recorrido que hicieron por los distintos ritmos y danzas de diferentes regiones de Bolivia.

El aterrizaje de la apasionante cita corrió a cargo del Ballet Folklorico "Simyonov-Tucovic", reconocido como embajador del folclore serbio y cuya actuación sorprendió por su energía, variedad y vistosidad.