Una sucesión de coches patrulla y diez policías se cernieron en plena calle sobre R.A.M. un profesor de autoescuela de Ourense -hoy con su propio negocio intentado dejar atrás lo vivido- que durante meses estuvo imputado por un supuesto abuso sexual y cayó en una espiral de ansiedad y estrés. Tras la acusación falsa de una mujer, una alumna que lo culpó de tocamientos en el coche, el hombre acabó esposado, "en la vía pública, delante de su trabajo y con sus vecinos mirando en la ventana. Ha vivido un infierno, un vía crucis", lamentaba su abogada, en su defensa desde la detención hasta el juicio celebrado ayer en Ourense para exigir justicia contra los presuntos autores del engaño.

La mujer que lo denunció sin motivo por abusar sexualmente de ella durante una clase de autoescuela, así como el matrimonio que presuntamente instigó el engaño, se sentaron ayer como acusados de un delito de denuncia falsa. La primera confesó. Rosa María P.V. reconoce que los imputados Ángeles F.M. -con la que mantenía amistad- y Antonio Ramón R.I. le ofrecieron 500 euros por fingir el delito sexual. Los cobró días más tarde, explicó, en las inmediaciones de un supermercado de A Ponte. Por eso las acusaciones imputan la agravante de precio o recompensa. La defensa aboga por una eximente.

La pareja, por contra, niega culpa y atribuye connivencia entre la mujer coimputada, el denunciante y una tercera que dijo haber recibido previamente una propuesta similar para fingir el delito, oferta que desestimó. El abogado defensor del matrimonio, encargado de una conocida autoescuela de Ourense, solicita la libre absolución.

Los tres acusados se enfrentan a una infracción para la que el Código Penal solo prevé multa. La Fiscalía y la acusación particular reclaman un castigo económico de 24 meses de multa con importes distintos según el caso. Además, la acusación particular reclama una indemnización. La víctima permaneció más de cien días de baja y dos médicos -el forense y un profesional de cabecera- declararon ayer a petición de esta parte para poner sobre la mesa los problemas psicológicos sufridos por el hombre tras ser inculpado y detenido por un abuso sexual que no cometió. La alumna presentó un parte de lesiones en el cuello que él no le había causado, pero el informe médico resultó crucial para su arresto. Ahora su abogada demanda más de 5.500 euros por los días de baja y una indemnización por daños morales de 20.000 euros.

Los hechos simulados -el caso terminó archivado en el juzgado de Instrucción Dos de Ourense- se remontan al 16 de noviembre de 2009. Rosa María P.V. acudió pidiendo auxilio a la Policía asegurando que su profesor de autoescuela, la víctima, le había hecho tocamientos cuando circulaban en mitad de una clase por la calle Coruña de la ciudad. Según ella, le tocó la pierna y la zona de los genitales proponiéndole relaciones sexuales. Hasta tres meses más tarde, en febrero de 2010, la imputada repitió idéntica versión al prestar declaración como supuesta víctima en el juzgado. Aportó un parte de lesiones en el cuello y en el brazo, daños a los que el forense les dio credibilidad. La acusación particular culpa a Antonio Ramón R.I. de ser quien dejó las marcas para dar apariencia de veracidad a la denuncia de abusos sexuales inexistentes.

El caso dio el giro radical cuando otra mujer, testigo ayer en la vista por denuncia falsa, acudió a la autoescuela en la que trabajaba la víctima, una oficina en su día dependiente de la empresa matriz del matrimonio acusado con los que el perjudicado había negociado, sin acuerdo, para adquirir parte junto a otro monitor. Esta testigo aseguró que la pareja le llegó a proponer el mismo plan, pero que se negó a colaborar. Nunca fue a denunciar porque no esperaba que hablaran en serio. Su manifestación en marzo de 2010 desencadenó el archivo de la causa de abuso sexual y la deducción de testimonio por el presunto engaño. Los tres acusados también fueron detenidos tras una investigación policial.

Al día siguiente de la denuncia, el monitor tenía que acudir a un centro de arbitraje laboral porque la empresa le adeudaba supuestamente dos meses. Las malas relaciones y los problemas laborales -que la defensa niega- habrían sido el detonante del plan supuestamente urdido para denunciar en falso al profesor. La juez de lo penal Número Dos dictará sentencia.