Cientos de personas pudieron resarcirse ayer, a las siete de la mañana, participando en la procesión de La Soledad, desde la iglesia de la Santísima Trinidad a la Catedral, con posterior regreso al templo de origen.

Por la noche se celebró la vigilia pascual y en la jornada de hoy, por la mañana, la entrañable procesión de Santa María Nai -minoritaria-, con las autoridades, el cabildo, el obispo de la diócesis y la Banda de Música Municipal, que llevaron a la Catedral para que saludara al hijo resucitado, ante uno de los altares. Posteriormente se oficiará la misa de doce.

Pese a que el tiempo no ha ayudado, por las inclemencias meteorológicas, el deán de la Catedral, Serafín Marqués, realiza un balance muy positivo de la Semana Santa. "La Catedral estuvo llena todos los días. Hubo mucha devoción. La gente mostró un gran interés en ver los monumentos" -preparados con flores e iluminación-, ubicados en las distintas parroquias de la ciudad, en los que se guardó el Santísimo el Jueves Santo. Y destaca de una forma especial el de la Catedral, que "estaba extraordinario".

Los capitulares hicieron turnos rigurosos ante el Santísimo desde la noche del jueves al Viernes Santo, por lo que estuvo velado siempre por distintos canónigos, además de recibir numerosas visitas de los fieles de la diócesis.

El archivero y delegado de patrimonio de la diócesis, Miguel Ángel González, resalta que la talla de la Dolorosa, que pudo contemplar la concurrencia, pertenece al siglo XVIII. Se venera en Santa María Nai. Tuvo una importante cofradía en el pasado. El Cristo Yacente, con el que se hacía el desenclavo, también está datado en el siglo XVIII. Tiene los brazos articulados. Como ahora ya no se realiza el desenclavo en la catedral de Ourense -se abandonó la tradición hace casi medio siglo-, solamente se puede ver el Cristo muerto en la urna.

Debido a la lluvia, no han acudido a la catedral, para participar en la procesión, la reproducción del paso del Santo Cristo de Mariñamansa, el Cristo de Velle, del Maestro de Sobrado, el Cristo Flagelado de la Catedral, también del Maestro de Sobrado, la Piedad de la parroquia de Fátima y un Nazareno del Sagrado Corazón.