En Ourense, la trilogía sacra de la primavera la marca la célebre rima "Lázaro, Ramos en Pascuas estamos". Pero el anuncio amable y popular de que en la ciudad está a punto de celebrarse la festividad popular y religiosa en honor a San Lázaro, lo marca la llegada de las vendedoras ambulantes, la mayoría rosquilleiras venidas desde distintos puntos de Galicia que, un día antes de la festividad del santo, invaden el centro de la ciudad de sabor y de color con sus puestos, como ocurre ya desde ayer en el Parque de San Lázaro, tomado por los puestos ambulantes, la mayoría de panes tradicionales y rosquillas.

Pese a que el calendario meteorológico no ha traído por ahora un tiempo soleado, decenas de vecinos y visitantes pasearon ayer por el Parque de San Lázaro y cumplieron con el rito de adquirir los interminables paquetes que, inagotables en el relato de la calidad de su mercancías, ofrecían las rosquilleiras.

Aunque el día grande en honor a San Lázaro es hoy domingo y arranca a las 10.30 horas con las bombas de palenque, anunciado la fiestas. Media hora más tarde, a partir de las 11 misa en la iglesia de Santo Domingo y salida de las alboradas con gaiteiros de la agrupación Gomes Mouro y de los tradicionales cabezudos, por la calle del Paseo.

A las 11.42 horas se celebra la procesión con el santo en andas, desde la Iglesia de Santo Domingo a la iglesia conventual de los Franciscanos, al lado del Parque de San Lázaro y partir de las 12.30 concierto de la Banda Municipal de Música de Ourense, también en el parque.

Tras el apartado religioso y devoto de la fiesta, vendrá el colorismo de la Quema de las Madamitas, que este año corre a cargo de Pirotecnia Josman y se desarrollará aproximadamente a las 13 horas de hoy, en el Parque de San Lázaro, delante del edificio de la Subdelegación del Gobierno.

Este rito, que se remonta varios siglos atrás, se suspendió durante muchos años y volvió a recuperarse ya bien entrada la democracia, representa un signo de purificación frente a las pestes, el hambre y la lepra que asolaron a las sociedades del medievo.

Para otros, el significado de estas muñecas de papel que giran durante unos segundos, azuzadas por la propia pólvora, para arder luego y deshacerse en mil papeles de colores, supone la purificación tras el invierno previa y una fórmula simbólica de quemar los malos augurios, y esperar, limpios ya de "malos rollos", el tiempo nuevo de la primavera.

La fiesta del San Lázaro tiene otros puntos de celebración en la ciudad, como es el barrio de Peliquín, donde su capilla de San Lázaro acoge una celebración religiosa que data de los años 80, cuando esta capilla fue trasladada desde el Parque de San Lázaro donde se ubicaba y reconstruida en Peliquín.