Un acto sencillo pero de especial significado. La plaza de San Brais, en el núcleo rural de As Curuxeiras, en el Concello de Ourense, se reunieron en la tarde de ayer vecinos, representantes políticos y de otros colectivos sociales, para participar en un homenaje a las víctimas del atentado terrorista perpetrado en Madrid el 11 de marzo de 2004.

En la pequeña plaza donde se encuentra el monumento a las víctimas, un monolito piramidal en el que están los nombres de las personas fallecidas, y después de rezar una oración los presentes y guardar dos minutos de silencio, se procedía a depositar, por parte de los niños que residen en esa zona, en la base del mismo un ramo de flores.

Fue el presidente de la asociación de Vecinos "As Laxas", Manuel Casares, el encargado de dar lectura a un emotivo texto en el que también se tuvo un recuerdo para todos los heridos, que a día de hoy recuerdan con el horror propio las consecuencias del sangriento atentado.

Sin protocolos establecidos, al acto asistió el subdelegado del gobierno, Roberto Castro, el delegado de defensa, Ramón Rey, así como concejales del gobierno socialista: Susana Bayo, María Devesa, Antonio Rodríguez Penín y Alfonso Vilacha, mientras que el alcalde disculpó su ausencia. Por el PP asistieron Belén Iglesias y José Luis Valcarcel. De lo que se trataba, después de ocho años con un acto "sencillo, pero sincero", como dijo el representante vecinal, de lo que se trata es de que "no nos olvidarnos de lo que ocurrió", apreciación compartida por los presentes.