El Concello de Toén propone a la Xunta de Galicia que reconvierta el antiguo psiquiátrico ubicado en el monte comunal de Moreiras en una macrorresidencia para mayores con cobertura gallega. Amancio Cid entiende que no es el momento de realizar grandes inversiones por las dificultades económicas que atraviesan los gobiernos, pero defiende que el gran edificio que la Consellería de Sanidade cerró definitivamente como sanatorio el pasado lunes "no puede quedar abandonado".

Tras el traslado de los 55 pacientes a la nueva Unidad de Rehabilitación Psiquiátrica instalada en el remodelado hospital de Piñor, el inmueble que abría sus puertas en 1959 en Toén ha quedado completamente desierto. Una densa capa de niebla y un inquietante silencio ocupan desde ayer el recinto desalojado, donde un único guardia de seguridad se mantiene en su puesto para evitar que el inmueble sea asaltado.

"De momento conseguimos que Sanidade se comprometa a seguir manteniendo el edificio y que un guarda permanezca allí para evitar que lo ocupen o lo desmantelen", dice Amancio Cid. Lo siguiente es realizar propuestas y "luchar" para que el gobierno gallego le dé "algún uso".

Para Amancio Cid, lo "idóneo" sería reconvertirlo en una gran residencia para mayores que incluya internamiento para asistidos, apartamentos de lujo y todas las acciones relacionadas con la geriatría. La macrorresidencia cubriría también la demanda de plazas de Toén, donde solo hay un centro de día: "La Consellería de Sanidade no quiere perder el terreno ni las edificaciones. Tenemos la idea pero ahora hay que pelear para llevarla a cabo en un plazo prudente". El alcalde también ve posible la reconversión del espacio en un gran hotel e incluso sueña con que esos montes alberguen algún día el gran complejo hospitalario de Ourense: "Cuando pudieron hacerlo no quisieron, pero es el sitio perfecto, a 7 kilómetros de la capital".

Amancio Cid recuerda que los terrenos en los que se construyó el sanatorio pertenecen a la comunidad de montes de Moreiras y que fueron cedidos gratuitamente con la condición de que se les diese un uso sociosanitario. "Si eso se pierde tendrán que revertir a sus propietarios", dice el alcalde. No piden nada, añade, "nos conformamos con que se creen puestos de trabajo en el municipio, como ocurrió con el sanatorio".

Con el cierre del psiquiátrico, Toén "pierde una seña de identidad y un hospital que fue referencia nacional". Su gobierno, del PP, se posicionó en contra del cierre en un pleno, pero "no pudo ser, la Comisión de Sanidade decidió que aquello no era apto para un hospital y que arreglarlo era un gasto inasumible".

Para el alcalde, el cierre del psiquiátrico también repercutirá negativamente en la economía del municipio y en la demografía. Confía en que, de no ser posible el uso sociosanitario, otras alternativas puedan darle uso al edificio: "Queda la opción turística, que se podría combinar con la apertura de un campo de golf ya proyectado para Moreiras". Amancio Cid promete "luchar" hasta conseguir la reapertura del viejo sanatorio.