Queila Bouza se quedó sola cuando se propuso investigar si la exposición a ondas electromagnéticas influye en el crecimiento de las plantas. "El tema no interesó a mis compañeros", explica esta alumna de tercero de ESO del IES O Couto que desarrolló su investigación en las aulas de la Tecnópole. Al término del curso concluyó que todas las semillas que plantó crecieron más rápido y mejor cuando estaban acompañadas de un inhibidor. Confirmó con su trabajo la hipótesis inicial y descubrió, además, que habas y lentejas son más frágiles que el trébol ante dispositivos wifi.

El proyecto de Queila es uno más de los 51 que se exponen en la carpa de Galiciencia y que pueden visitarse desde ayer en el Parque Tecnológico de Galicia en el marco de la mayor feria científica que se celebra en la comunidad. El evento se completa con talleres, un planetario y una revista oficial realizada por alumnos previamente formados como reporteros especializados en ciencia.

Entre los proyectos expuestos, 16 corresponden a colegios e institutos de Ourense, 15 son de Pontevedra (11 de Vigo), 10 de A Coruña y tres de Lugo, además de cinco de Cataluña y dos del País Vasco. La feria comenzó ayer y finaliza mañana a las 13 horas, tras ser visitada por dos mil escolares, además de público en general.

La entrada en la carpa de Galiciencia despeja dudas del tipo ¿engorda más la comida cruda o cocinada? ¿influye la música en la velocidad de masticación? ¿es sano beber de una lata de refresco? Incluso dos chicos del colegio Guillerme Brown de Pereiro se atrevieron a combinar ciencia con sociología estudiando la motivación de las personas a la hora de someterse a cirugía estética para llegar a la peligrosa conclusión de que la mayoría lo hacen por moda y que, además, estas intervenciones son perjudiciales para la salud.

La búsqueda de soluciones ecológicas, la utilización de combustibles limpios y la racionalización de los recursos guían gran parte de los proyectos en los que los jóvenes científicos han puesto a prueba hasta teorías ancestrales como la influencia de las fases lunares sobre los cultivos. María del Mar Carnero y Mouna Fathallah, del IES Lagoa de Antela, han descubierto que las semillas germinan antes cuando se plantan en Luna Nueva y que la peor fase para la agricultura es la Creciente. "En mi pueblo (Lucenza, Cualedro), plantan siempre en Creciente, lo que contradice nuestra conclusión", explica María del Mar, pero abre una nueva vía de investigación dado que el experimento se hizo en laboratorio: "Se podría estudiar como influye la Luna según el clima". También averiguaron que la lenteja es la única semilla que germina ajena a la fase lunar.

Otro grupo de este instituto alimentó a cuatro hámster con el mismo alimento crudo o cocido en la misma cantidad exacta para comprobar que los dos que solo comían crudo se mantenían o bajaban de peso, mientras que los dos que comían el alimento hervido engordaban.

Los alumnos del colegio Montecastelo de Vigo descubrieron que el plátano es la fruta más adecuada para obtener bioetanol y en el Guillerme Brown diseñaron un sistema para convertir el esfuerzo físico de los gimnasios en electricidad.