La Consellería de Medio Rural cerró el 30 de septiembre oficialmente la temporada de máximo riesgo de incendios pero, lejos de cesar, la actividad de los medios de extinción se ha visto incrementada hasta el punto de ser requerida la intervención de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y medios de otras comunidades autónomas.

En cuatro días de octubre se han contabilizado en la provincia de Ourense 1.400 hectáreas de superficie forestal quemadas, lo que en términos porcentuales supone que en este territorio tradicionalmente castigado por las llamas el fuego arrasó en cuatro jornadas el 20 por ciento de todo lo quemado en nueve meses. Cabe recordar que el conselleiro Samuel Juárez cifró en 7.359 las hectáreas calcinadas en Ourense desde el 1 de enero al 30 de septiembre.

Las condiciones meteorológicas favorables a los incendios forestales con temperaturas que ayer mismo rondaron los 35 grados y la previsión de ausencia de lluvias obligaron a Medio Rural a prorrogar la prohibición de realizar quemas controladas y también a mantener operativa a parte de la plantilla de extinción. Sin embargo, algunos de los brigadistas se quejaban ayer de falta de medios, descoordinación en la intervención de las cuadrillas de tierra y abuso de los medios aéreos.

La Xunta, en cambio, mantiene que los medios están "dimensionados" para estas fechas, pero sin precisar el número de efectivos contratados en el plan de refuerzo: "Están los que se necesitan con ayudas de otros que se mantendrán hasta que varíen las condiciones meteorológicas". El gabinete de comunicación de Medio Rural explica que no se facilitan datos sobre medios operativos como "medida preventiva" para no incentivar la actividad incendiaria que, constatan, "aumenta los fines de semana". En todo caso, insisten en que los medios son los que se necesitan.

Con todo, desde el sábado 1 hasta ayer al cierre de la edición se contabilizaron una veintena de incendios con una superficie quemada de más de 20 hectáreas, que son precisamente los incendios sobre los que informa la Xunta. La mayoría de estos fuegos se concentran en el distrito Verín-Viana con focos importantes en Castrelo do Val, Monterrei y Viana do Bolo, además de Vilar de Barrio en la comarca de A Limia, donde ardieron 150 hectáreas en la parroquia de Prado.

Peixeiros, en Viana do Bolo, suma en dos focos 286 hectáreas quemadas. El primero se declaró el domingo y devastó 126 hectáreas en doce horas. El segundo, iniciado el lunes por la tarde en la misma parroquia pero considerado como un fuego diferente, quedó controlado ayer a las 20,15 horas con una estimación provisional de 160 hectáreas quemadas. En este caso, la superficie final es inferior a la comunicada inicialmente de 216 hectáreas, de las cuales se cifraban 116 arboladas.

Ayer se registró un incendio nuevo en A Peroxa, que se declaró a las 3 de la madrugada en Mirallos y quedó controlado al mediodía con 37 hectáreas quemadas. También quedó bajo control de los medios el foco que permanecía activo en Prado, Vilar de Barrio, desde la madrugada del lunes afectando a 150 hectáreas.

Otro fuego menor declarado a las 14,15 horas en Cualedro alertó ayer a los vecinos de Santa Baia de Montes, a cuyas casas se acercaron las llamas. La UME participó en la extinción.