El socialista Enrique Álvarez Barreiro fue elegido regidor de Vilamartín de Valdeorras, como número uno de la lista más votada, al frustrarse el intento de pacto que realizó el PP con los escindidos de este partido –se presentaron a las elecciones bajo las siglas AP.Ga–, debido a que su número uno, Francisco Quintas, exigía la alcaldía, a pesar de que representa a la tercera fuerza en número de votos. Posteriormente, estableció negociaciones con el PSOE, en las que Enrique Álvarez le ofreció la tenencia de alcaldía y la concejalía de Urbanismo, que Quintas no aceptó, al mantener como meta el bastón de mando. Con la elección de Enrique Álvarez se cierra una etapa de 36 años de hegemonía del PP en el Concello de Vilamartín.

Como no hubo acuerdo por ninguna de las partes, cada candidato recibió el apoyo de su grupo, resultando elegido alcalde Enrique Álvarez, que tendrá que gobernar en minoría con cuatro concejales, frente a los cuatro del PP y tres de AP.Ga.

Una vez elegido, Enrique Álvarez reconsidera la oferta que le hizo al cabeza de lista de AP.Ga, Francisco Quintas, al estar supeditada a que apoyaran su candidatura, condición que "no se ha cumplido". Por lo tanto, anuncia que estudiará con su grupo las propuestas que puede realizar. "Igual que le podemos ofrecer participación a Quintas, se la podemos hacer a la otra candidatura", del PP, al considerar que "lo que importan son las personas".

De todas formas, Enrique Álvarez es consciente de que va a caminar sobre "territorio minado", al tener enfrente a siete concejales que proceden de la misma franja ideológica, divididos durante la última parte del mandato del desaparecido regidor Manuel Candal, que terminó presentando la dimisión por las presiones que le hizo el grupo de su propia hija, María Jesusa Candal, alegando "razones de enfermedad", mientras que los seguidores de Francisco Quintas lo animaban a que plantara cara y que siguiera al frente del concello.

A pesar de que considera "algo imperdonable" que el PP permanezca dividido en dos grupos políticos, el número dos de la candidatura popular, José Pinto Álvarez, reconoce que no le gustaría "pasar por el trago" de plantear una moción de censura para recuperar la alcaldía, debido al riesgo de "dividir al pueblo".

José Pinto lamenta que el PP haya perdido la alcaldía de Vilamartín por "un berrinche de patio de colegio", que culminó con la división de esta opción política en dos partidos que suman siete concejales, frente al PSOE, que va a gobernar con 4.