Carlos Núñez es el hito de la música universal, apasionada, sentimental, que no se anquilosa . Con una minuciosidad de etnógrafo, el artista vigués ha recopilado en "Alborada do Brasil", su último disco, la contribución de la cultura musical galaica allén del Atlántico; en el país americano donde la bossa y el samba son dos, pero no las únicas esencias. Para muestra la canción que abre el proyecto: "Alborada de Rosalía", obra de la gran poetisa del Rexurdimento a la que Núñez relee.

El resultado es un trabajo multicolor que será ofrecido en directo para los ourensanos este sábado (Auditorio Municipal, 20,30 horas) con un repertorio trufado de melodías que mezclan lo contemporáneo y lo tradicional del sonido brasileño.

"Alborada do Brasil" surge del viaje de investigación emprendido por Carlos Núñez durante un año tras el misterioso rastro de José María Núñez, su bisabuelo, un músico de A Mezquita que emigró en 1904 a aquel país y que "con casi un 95% de posibilidades, según aclaró ayer Carlos, hizo carrera musical tras arribar a Brasil. Carlos ronda el legado de su bisabuelo con el tema instrumental "Maxixe de Ferro", compuesto por un tal Jose Maria Nunes, un enigmático hallazgo.

El disco y un documental que se difundirá próximamente resumen la comunión de un país con más matices que los tópicos, "del mismo modo que en España no todo son toros y flamenco", comparó el vigués.

En su incursión por el Brasil de contrastes entre regiones, Carlos Núñez descubrió un sustrato galaico aportado no solo por la emigración sino fruto además de la influencia del Portugal más próximo a la cultura gallego-portuguesa. Así, logró documentar que la gaita fue el primer instrumento oído por los indigenas, según dice la Carta do Descubrimento de 1500.

El gaiteiro, como de costumbre acompañado por su hermano, Xurxo Núñez en percusión; y Pancho Álvarez en las cuerdas; glosará en el concierto del sábado las conexiones de Brasil con otras músicas como la bretona y la irlandesa. Participarán en el espectáculo la campeona irlandesa de violín y concertina, Niamh Ní Charra; además de cuatro jóvenes gaiteiros (uno de ellos, de Cea) la cantante Fernanda Cabral y el percusionista Alan Sousa, colaborador de Carlinhos Brown, el más ilustre del centenar de nombres que participaron en el disco, ineludible.