Una delegación de nueve empresarios japoneses del sector de la alimentación visitaron Ourense para profundizar en la cultura de la castaña y el uso que se hace de este producto autóctono en la provincia, donde la celebración del magosto es una tradición arraigada. Por tercer año consecutivo, Kamada, Koishikawa y Sasaki, de la empresa Naena Kawkamiya, cerraron negocios verbales con José Posada, presidente de Marrón Glacé SL, que exporta el 30% de su recolección anual a Japón.

Posada explicó ayer que el país nipón se ha convertido en un "mercado interesante" para Marrón Glacé, por su "fidelidad", a pesar de que Japón cuenta con su propia producción de castaña y exporta también de China. Según el empresario ourensano, China se ha convertido en uno de sus principales competidores con una producción anual de 46.000 toneladas, si bien la empresa Naena Kawkamiya sigue siendo "fiel" a la castaña ourensana, de la que importa 150 toneladas anuales.

Según explica Posada, la castaña que produce Japón es de una variedad muy diferente a la que se cultiva en Ourense, y en particular en Verín y Riós, de donde proceden las 800 toneladas que recoge Marrón Glacé anualmente. La castaña ourensana recibe el nombre de "castanea sativa" y se distingue de la "crenata" japonesa por su forma, sabor y textura. Además, dice Posada, "es la mejor para el marrón glacé que, aunque mucho lo importan de aquí, ellos también lo preparan". En Japón es muy típica la elaboración de un dulce similar al mazapán llamado Kuri Kinton.

Posada es el principal embajador de la empresa japonesa en Ourense y un nombre de referencia en el mercado nipón, donde distribuye el 30% de su producto. Otro 30% se reparte entre Europa, EE UU y Brasil, y el resto se queda en España.

Ayer, la delegación japonesa simbolizó el hermanamiento de ambas tierras plantando un castaño en los Xardíns do Ribeiriño, en A Chavasqueira, junto a la estatua dedicada a O Maio, de Acisclo Manzano.