No es un "sí, quiero", sino un "sí, consiento", lo que en realidad se regalan las parejas que oficializan su unión en un matrimonio por lo civil. Pero la intención es la misma. Lo que sí cambian son las modas, que demuestran un paulatino aumento cada año en Ourense de los matrimonios por lo civil, y cambian los curas y el boato eclesial, por el concejal amigo o por el juez de turno.

El aumento del número de matrimonios por lo civil se deben, según el Concello, no sólo a que el salón,de plenos es un escenario más "alegre" que el del juzgado o a causas religiosas, sino a que en la mayoría de los casos hay un primer matrimonio religioso roto, lo que obliga a casarse en segundas nupcias por lo civil.

Además, sólo 4 de las 1.272 bodas celebradas en Ourense fueron oficiadas por otra religión que no fuera la católica. Algo debido en parte al aumento de emigrantes de otras etnias y culturas

Lo que tampoco ha supuesto un cambio social que deje huella es la posibilidad que brinda la ley a las parejas del mismo sexo de contraer matrimonio, pues sólo hubo 7 bodas de este tipo en Ourense.

Una provincia ésta con poco movimiento en lo demográfico y con un crecimiento vegetativo negativo. Esto quiere decir que hubo 2.163 nacimientos, frente a las 4.517 defunciones; y si hacemos cuentas, nos sale un crecimiento vegetativo que calificado técnicamente de negativo de menos 2.354 personas.

Y es que en el cómputo final de 2008 en la provincia, el último con los datos cerrados que acaba de publicar el Instituto Nacional de Estadística, las cifras hablan de un envejecimiento que nos sitúa con casi un 33% de la población en edad de jubilación, lo que unido a unos índices de natalidad que nos relegan a las cotas más bajas del Estado, se traduce en que por cada dos niños que nacieron en la provincia fallecieron otros dos ourensanos. Eso es lo que se conoce como crecimiento vegetativo negativo.

Como lo de morirse, por ahora es inevitable, rascando en la intrahistoria del estudio poblacional de la provincia, puede apreciarse al menos que nos morimos mayoritariamente por la avanzada edad. Éste sí es un país para viejos.

En el apartado de defunciones, según la causas de la muerte en la provincia que incluye el presente estudio, se demuestra en primer lugar que, a la hora de morirse, no hay beneficios por cuestión de sexo. Abolido el sexista "pase usted primero", fallecieron en el último año un número equitativo de varones (2.354) y de mujeres (2.352), lo que echa por tierra los tópicos de la mayor longevidad femenina

En cuanto a esas causas más habituales de fallecimiento que recoge el estudio, indicar que los problemas del aparato circulatorio y tumorales están a la cabeza como la principal causa de defunción en la provincia.