La responsabilidad penal de Luis Montoya y Margarita Gabarres, los padres del menor que sufrió problemas de obesidad y continúa bajo tutela de la Xunta, se ha saldado con una pena mínima de 9 meses de prisión propiciada por un acuerdo sellado en ambiente de máxima discreción con la Fiscalía de Ourense. Los progenitores reconocen que desobedecieron las órdenes para internar al menor; y que incurrieron en un delito de abandono al descuidar la salud del niño de 10 años.

La sentencia de conformidad, que suspende la pena de cárcel durante un plazo de tres años si Luis y Margarita no cometen ningún delito (ya que la condena es inferior a dos años), evita la exposición mediática del juicio, y preserva, según diversas fuentes consultadas, los intereses y tranquilidad del menor "que estuvieron mediatizados desde el primer segundo de la instrucción".

Concluye la causa judicial "pero no podremos volver a la normalidad mientras no nos devuelvan al niño", sostiene el patriarca de la familia, Gregorio Montoya, que se mostraba a pesar de todo satisfecho por la resolución judicial "porque sabíamos que durante el juicio íbamos a estar rodeados de cámaras y periodistas".

Sin embargo, el abuelo del menor reitera a la Xunta de Galicia que levante la tutela sobre el niño "porque ya no tiene obesidad, y eso lo pueden demostrar con cualquier médico del mundo". Los problemas médicos derivados del sobrepeso que sufrió el niño (llegó a pesar 86 kilos) motivaron la asunción de la tutela por parte de la Xunta de Galicia, tras declarar a Luis Montoya y Margarita Gabarres en situación de desamparo, después de que durante más de un año los trabajadores sociales de la administración no apreciaran avances en la conducta alimentarias del menor.

Extremo que sí se ha regularizado en el centro tutelar de A Carballeira, donde el menor sigue controles médicos y nutricionales y ha experimentado, según fuentes de la Xunta de Galicia, una "evolución muy positiva". Gregorio Montoya disiente, considera que el menor "no ha adelgazado ni un kilo y medio desde que está internado", y al relatar el estado anímico de la familia y el menor afirma que "lo están condenando al tenerlo todavía internado en el centro de A Carballeira".

El niño se encuentra en régimen abierto y puede pasar las noches en casa, "pero se merece una vida tranquila como los demás niños de 10 años, y eso significa que también pueda comer en casa y estar todo el día con nosotros", insiste Montoya.

"Que no tarde más que la próxima semana", pide el patriarca; aunque los planes de la Xunta según fuentes de la Consellería de Benestar pasan por que "el régimen de protección se mantenga, de momento, como se encuentra ahora".