Ourense sólo tuvo dos donantes de órganos en lo que va de año, de los que se beneficiaron seis pacientes, a los que le fueron implantados uno de los cuatro riñones extraídos, un hígado y dos córneas. Con esta cifra, la provincia se sitúa por debajo de la media estatal, mientras que hace tres lustros permanecía como una de las que contaban con más donaciones por mil habitantes. Sin embargo, Ourense es una zona receptora de órganos. En la actualidad hay treinta pacientes esperando por la donación de un riñón. El tiempo medio de demora se suele prolongar durante algo más de un año.

El coordinador de trasplantes del Complexo Hospitalario de Ourense, Juan Cortés, explica que durante este año fueron potenciales donantes diez personas, de las que dos acabaron cediendo sus órganos, mientras que las familias de otros dos se negaron. Las seis restantes no resultaron idóneas, por tratarse de enfermos de avanzada edad que presentaban los órganos muy deteriorados.

Juan Cortés explica que el número de donantes potenciales se reduce a tan sólo diez, porque se requieren unas condiciones especiales para que se puedan extraer con éxito los órganos, como "ingresar en una Unidad de Críticos, en la Unidad de Cuidados Intensivos, tener un daño cerebral que sea irreversible y permanecer conectado a una máquina que permita que se puedan recuperar los órganos".

De todas las personas que fallecen cada año en el Complexo Hospitalario de Ourense, sólo podrían ser donantes, multiplicando equipos y dotaciones, de veinte a treinta personas al año. "Tienen que ser pacientes ingresados en la Unidad de Críticos, cuya causa de fallecimiento sea una lesión cerebral y que no tengan una contraindicación".

Las personas que sufren accidentes de tráfico de gran consideración pueden ser donantes, si antes ingresan en la Unidad de Críticos, reitera Cortés. En cambio, "los que fallecen en la carretera no pueden donar órganos".

La figura del donante joven ha desaparecido, prácticamente. "Ocasionalmente, pueda aparecer uno al año, pero el gran volumen se corresponde con personas más o menos mayores, con más de 60 o 65 años", asevera el coordinador. Las listas de espera para el trasplante de corazón y de hígado suelen ser pequeñas. "En la lista de trasplante cardíaco, hay dos o tres personas, mientras que en hepático tendremos de ocho a diez pacientes en espera. Es una lista que se renueva muy rápidamente. La más problemática es la del riñón. Las operaciones de corazón e hígado son menos frecuentes", resalta Juan Cortés.