La villa de O Carballiño registró esta Semana Santa varias incidencias, que afectaron a muchos vecinos, ya que se trata de daños a la propiedad privada. En la jornada del viernes, unos cuatro coches aparcados en la rúa Calvo Sotelo sufrieron roturas de espejos retrovisores, al igual que en la madrugada del sábado otros tantos coches en la rúa Enrique Parrondo.

Pero además de estos ataques a la propiedad privada, el sábado también se suscitaron otros como la rotura de cristales en una céntrica farmacia de la calle prinicipal de la villa y varios golpes en portales de algunos edificios.

Las denuncias a la Policía Local, en dicha jornada, también fueron por ruidos, provenientes de los locales nocturnos, concretamente los del barrio de Flores, la zona de la Pista Roja y rúa A Carreira.

No obstante, no es la primera vez que los vecinos de estas zonas de la villa manifiestan su descontento con los establecimientos de hostelería, debido a los molestos ruidos que tienen que soportar, tanto de la música como de los usuarios.

Y por último, los agentes municipales tuvieron que atender también el sábado una llamada, por un caso de malos tratos por violencia de género, que después paso a ser atendida por la Guardeia Civil.