El Concello de Ourense, a través de la Tenencia de Alcaldía, desarrolla una nueva Área de Rehabilitación Integral (ARI) que comprenderá cinco zonas de la ciudad: Camelias, Polvorín, Rosales, Carballeira e Inmaculada, para lo que se mantendrán reuniones con los vecinos para explicarles las actuaciones, que se inician en el barrio de la Inmaculada. Con la creación del nuevo ARI, serán tres los que funcionen, junto con el del Casco Histórico y el de Seixalbo.

El proyecto inicial en el que ya trabajan los técnicos municipales afectará en una primera fase a más de 400 viviendas. En principio ya cuenta con el estudio arquitectónico de la zona de influencia del nuevo ARI. Por lo que ahora se inicia el estudio sociológico de estos barrios que realizarán especialistas de la Universidad de Santiago de Compostela, orientado, a través de encuestas, para definir las necesidades de los vecinos y los perfiles socioeconómicos.

El Área de Reparto Integral será gestionado por los técnicos del Plan Especial de Reforma Interior (PERI), aprovechando su volumen y dinámica de trabajo, que ya muestran resultados en las laboras de rehabilitación tanto en Seixalbo como en el Casco Histórico.

De ahí que, el barrio de la Inmaculada será objeto a lo largo del presente año de varias actuaciones. Dentro del convenio establecido entre la Consellería de Vivenda y el Concello de Ourense, recientemente aprobado en pleno, que destina una inversión de 2,6 millones de euros para la humanización de diversas zonas de la ciudad, figura una partida específica para la zona. Los 600.000 euros se destinarán a la recuperación de espacios urbanos en la calle Inmaculada y entorno, que comprende cinco calles y una plaza.

Los ARI son mecanismos que se desarrollan en cooperación entre el Concello, la Xunta y el Gobierno central destinados a la rehabilitación integral de vivienda, y que también se extiende a la reurbanización y mejora de espacios públicos.

En materia de rehabilitación, se dirige tanto al exterior como interior de edificios, asegurando las óptimas condiciones estructurales, de seguridad y habitabilidad, promoviendo la accesibilidad, la eliminación de barreras arquitectónicas y la eficacia energética de los edificios. Las obras de humanización comprenden la reordenación del tráfico rodado, ampliación de aceras, renovación de mobiliario urbano y de los firmes.