Las escobas volverán a las cajas de ahorro, colegios, campus y centros comerciales. Un sí, "con la boca pequeña" pone fin a la huelga de la limpieza. Los sindicatos decidieron ayer firmar el acuerdo planteado por la patronal y así poner fin a once días de huelga indefinida en el sector de la limpieza, que se cebaron con edificios públicos y aeropuerto de Peinador. Fuentes sindicales cifran en tres toneladas los desperdicios esparcidos, que tendrán que recoger ahora.

El pacto se selló a mediodía, tras una asamblea en la Praza do Rei en Vigo (hubo otras simultáneas en Pontevedra y Vilagarcía) y dieciocho horas de reunión el día anterior, que culminaron de madrugada.

La votación efectuada por los tres sindicatos convocantes (CIG, UGT y CC.OO) se inclinó con un ligero margen favorable por el acuerdo, cerrado pocas horas más tarde. "Una mayoría escasa", en palabras de representantes de la CIG, que fueron los más opuestos a la firma, tras abandonar la negociación mediada por la Xunta a las dos de la madrugada en Santiago.

El convenio provincial por tres años para el sector de la limpieza se firmará el próximo viernes e incluye un incremento salarial de 30 euros para el primer año, y 40 euros para cada uno de los dos siguientes. Las fuerzas sindicales pedían 50 y 60 euros, por este capítulo. Asimismo, se establece una cuarta paga de 60 euros, a cambio de que la antigüedad se compute por cuatrienios, en lugar de por trienios.

"Hay que ser responsables", explicó por su parte la secretaria de UGT, que lamentó que, durante la duración del conflicto, "la patronal jugó muy sucio". También se refirió a la presencia de "esquiroles" que "boicotearon" la huelga haciendo el trabajo de los limpiadores que no estaban en sus puestos.

La secretaria general de CC. OO, Violeta Paz, se refería al lado más humano de la huelga, que se ceba en los salarios de los trabajadores (que cobran un salario base de 753 euros): "Había hasta tres personas de una familia afectadas en los sueldos con la huelga", destaca.

Por su parte, para la patronal , el fin de la huelga es una mala noticia. Aún así, reprochan las actitudes "violentas" de los manifestantes. "La imagen que proyectó el conflicto de la ciudad no es buena, es caótica", aseguraba ayer el presidente de la Confederación de Empresarios de Pontevedra, José Manuel Fernández Alvariño. Recordaba el "espectáculo" que se veía en el aeropuerto de Peinador al ir a recoger a unos invitados.

Los sindicatos pidieron que como el acuerdo se alcanzó de madrugada, el día de ayer no se tuviera en cuenta como día de huelga y la patronal aceptó.