El control de los vertidos a los cursos fluviales, implicando a los concellos en la elaboración de ordenanzas municipales de vertidos con capacidad de sancionar a los infractores, -pues los concellos son los responsables del control de vertidos y saneamiento-, la apuesta por la calidad y el uso sostenible del agua o el control de los permisos de regadío para evitar problemas de abastecimiento en épocas de persistente sequía son algunas de las prioridades que se marcará la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil de aquí a 2015, en cumplimiento del Decreto Marco del Agua europeo.

El comisario de aguas de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil en Ourense, Ramón Gallego, y el jefe de la oficina de Planificación de este organismo de cuencas, Jesús González Piedra, hicieron ayer un esquema provisional de los temas de importancia a tratar en el ámbito de este organismo, y que han sido consensuados con participación del público para que los ciudadanos tengan capacidad decisoria en el paso final de esta especie de"referéndum" que será la elaboración del plan hidrológico del Sil.

Jesús González Piedra reconoció que tanto en el Miño y Sil como en el río Limia, incluido en parte dentro de esta demarcación de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil, "tenemos problemas con un régimen hidrológico muy alterado y nuestro reto es conseguir un buen potencial ecológico y una mejor calidad química de las aguas".

Retos

Los retos para mejorar la calidad son precisamente las carencias en la depuración de de las aguas residuales e industriales que se vierten a ese cauce fluvial, según los responsables de esta confederación hidrográfica, así como la dispersión poblacional, lo que dificulta y encarece los futuros proyectos.

Además, la aparición de grandes etapas de sequía está aumentando en algunas zonas el problema de la cantidad y la calidad del agua, porque mientras baja el caudal, generando ya problemas de abastecimiento en algunos núcleos, indicó González Piedra, se mantiene el índice de vertidos.

En este momento los usos del agua incluidos bajo este organismo de cuencas están muy claros, y el 66% del mismo es para regadío, el 11% para refrigeración de centrales térmicas y el 9% para la población.

"Se está produciendo un crecimiento importante de solicitudes para regadío y, si bien no se van a agotar los acuíferos, ha habido problemas en ríos como el Limia, pues pueden llegar a bajar el nivel de la capa freática por debajo del caudal del río y éste se seca en algunos de sus tramos", explicaron.

Recordaron además que los responsables de la depuración del control de vertidos y saneamiento de un municipio lo son también del control de vertidos, "y si bien puede solicitar ayuda para ejecución de obras de saneamiento de fuerte presupuesto, una vez rematadas la gestión y mantenimiento de los mismos corresponde a los ayuntamientos", indicaron los técnicos de la Confederación.

Escasez de recursos

Por otro lado los datos del informe sobre el estado ecológico y químico de los diferentes tramos de las cuencas fluviales del Miño, Sil y Limia aportados ayer desvelaron que hubo escasez de recursos en la elaboración de estos trabajos, ya que no se hizo análisis químico en 80 masas de agua, el químico no existe en 135 "masas de agua" o tramos fluviales de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil.

La sesión tuvo como objetivo explicar el informe provisional sobre los asuntos importantes a tratar en las cuencas de los ríos Miño, Sil y Limia, protagonistas de la nueva confederación.

También destacó la premura con la que se realizaron algunas de las obras de control y análisis existentes durante una anterior etapa de gobierno, lo que las convierte en incompletas.