La intervención en el cauce del río Lonia, que tiene como objetivo su recuperación y la eliminación de los vertidos existentes, es la prioridad que se marca en estos momentos el Concello de Ourense, como anunció ayer el concejal de Medio Ambiente, Demetrio Espinosa, y que se concretará en la elaboración de un proyecto por parte de los técnicos municipales.

Espinosa explicó en la presentación de la tercera jornada nacional y taller práctico de Bioingienería en ámbito fluvial que, organizado por la Asociación Española de Ingeniería y Paisaje (AEIP) y que se desarrollará desde el próximo jueves hasta el sábado, que una de las opciones para la eliminación de los vertidos en varios tramos del cauce del río es a través de la construcción de colectores.

Una actuación que permitirá eliminar los vertidos directos al río Lonia de viviendas y pequeñas explotaciones agropecuarias destinadas a consumo casero que existe a los largo del tramo de cauce que discurre desde la zona de Mende hasta su confluencia con el río Miño.

"Es el último cauce que tenemos en la ciudad que nos queda por recuperar", explicó Demetrio Espinosa, una vez que está en pleno proceso de ejecución las obras de los colectores en la margen izquierda del Miño, para recoger los vertidos en la zona Norte de la ciudad, en A Ponte, que en estos momentos van a parar directamente al río.

También aludió a la aprobación del proyecto para canalizar los vertidos de aguas fecales de una veintena de viviendas, tanto en la zona de los Rosales, Marcelo Macías y A Carballeira, en el Concello de Ourense, como algunas casas en el concello limítrofe de Barbadás, al río Barbaña. Un actuación que estaba pendiente de llegar a un acuerdo con algunos vecinos para contar con los terrenos para poder realizar las obras necesarias.

Naturalización

Todas las actuaciones que se llevan a cabo tienen para Espinosa un objetivo claro: "naturalizar los cauces de los ríos" dentro de la ciudad, así como evitar futuras agresiones, tarea en la que reconoce "aún queda mucho por hacer".

Así, sostiene que la recuperación de los cauces y riberas naturales de los ríos es un proceso "complejo y a la vez costoso". También se trata de "mantener" aquellos espacios que no se encuentran tan degradados aplicando nuevas técnicas, como la bioingeniería, para "recuperar y estabilizar" la fisonomía natural.

De ahí la importancia del taller práctico de bioingeniería que se celebra en Ourense, en el que la treintena de participantes, en su mayor parte ingenieros de caminos, agrónomos, forestales, biólogos, paisajistas y arquitectos, trabajarán con plantas vivas para la restauración y rehabilitación de espacios naturales, en este caso en un tramo lineal, de unos 200 metros, del río Lonia.

El jefe de servicio de Medio Ambiente del concello y coordinador de la jornada, Carlos Cárcamo, aclaró que "se trata de unas prácticas, no de unas obras", y cuyas actuaciones consistirán en incorporar vegetación al cauce del río Lonia, la recolección de material existente, así como "ver cosas que se deben hacer en un entorno natural".

Los especialistas volverán dentro de unos años para "ver los resultados de la restauración que se realizará durante el próximo vienes y sábado", comentó Espinosa, quien además destacó la necesidad de dejar a las futuras generaciones espacios naturales recuperados, y combatir cualquier tipo de agresión que se pueda producir.

Por su parte, Cárcamo subrayó que la bioingeniería "no es una técnica sustitutiva, sino complementaria", por lo que los trabajos que se realizarán en el río Lonia, serán el inicio de otras actuaciones que llevarán consigo su rehabilitación.