Un verano más la disputa política por el cierre de camas hospitalarias está servida. El PP ha levantado el dedo acusador y denuncia que en el Complejo Hospitalario de Ourense (CHOU) se van a cerrar 140 camas este verano. El Servicio Galego de Saúde no niega la supresión de camas, "al igual que todos los veranos, debido al descenso de ingresos", pero dice que serán 96 las camas clausuradas temporalmente, bastantes menos que las que indica el PP, y añade que "ese cierre de camas no afectará a la calidad de la asistencia sanitaria este verano".

La Comisión de Sanidad del Partido Popular en Ourense, que integran entre otros los médicos Miguel Santalices y Eloína Núñez, insiste en que el número de camas que se van a suprimir en el CHOU son 140, "a las que hay que sumarle otras 30 camas hospitalarias que se han ido cerrando desde el mes de octubre pasado" tras la apertura del nuevo edificio quirúrgico.

Pero este cierre de camas, que para el PP "es fruto de una gestión ineficiente del actual equipo", es sólo para el Servicio Galego de Saúde "una iniciativa común a todo el sector sanitario, derivado de la constatable e histórica reducción de ingresos, especialmente quirúrgicos programados propia del verano".

A eso suman "la falta de disponibilidad de profesionales para sustituir en sus puestos a las trabajadoras y trabajadores que hacen uso de su derecho a las vacaciones", explican.

Según el Sergas, "la reducción no afecta a la calidad asistencial, ni a la atención urgente o de procesos críticos y está planificada la reactivación puntual de camas en caso de necesidad".

Explica que la reducción temporal del número de camas en el Complejo Hospitalario de Ourense, al igual que en el resto de la red hospitalaria pública gallega, "se basa en un criterio de eficiencia y de racionalización de los recursos físicos y humanos, de modo que el número de camas que se inactivan se calcula en función de los índicese históricos de actividad y de demanda de camas registrada en este período en los últimos años".

El Sergas remata alegando en su descargo que el cierre de camas "obedece por tanto a criterios de racionalidad y coherencia en el empleo del dinero público", al activar sólo los recursos sanitarios públicos que van a ser realmente necesarios.