X.M. del Caño / Ourense

La Consellería de Educación expulsó durante el pasado curso a 73 alumnos de Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO) por faltas muy graves, como acoso escolar, agresiones y problemas de disciplina. La permanencia fuera de los centros educativos se prolongó, dependiendo de cada caso, durante períodos que oscilaron entre una semana y 29 días. Sólo tres alumnos fueron expulsados de forma definitiva de los colegios en los que cursaban estudios, para su posterior reincorporación en otros centros que les asignó Educación. Varios casos llegaron al juzgado.

Pese a la gravedad de la situación, el inspector jefe de Educación, José Fisteos Suengas, explica que la conflictividad se está reduciendo de una forma progresiva. "En el curso 2004-2005 hubo 148 alumnos expulsados; en el 2005-2006, fueron 99; en 2006-2007, hubo 73", proporción que se mantiene en el curso actual, tendente a la baja. Y resalta que el número de expedientes abiertos se sitúa "tan sólo en el 0,25%, dentro de un colectivo de 31.700 alumnos, en el que están integrados los internos en instalaciones de menores que presentan problemas de convivencia, como Monteledo y Montealegre -salvo los que se encuentran en régimen cerrado, por la comisión de delitos graves-, al optar por "un modelo de escolarización que integra a todos los sectores sociales".

Curiosamente, en educación infantil, primaria y bachillerato no hay prácticamente expulsiones. Fisteos resalta que la mayor parte de la conflictividad se concentra en la ESO, por las propias características de la etapa. "Es el último período obligatorio, cuando algunos alumnos sólo están pensando en cumplir el trámite para marcharse. Esos matriculados, en algunos casos provocan comportamientos irruptivos en el aula, porque se aburren, y además eso coincide con la adolescencia, que es una edad complicada".

La expulsión de alumnos, que realiza Educación tras la apertura de expedientes, generalmente se realiza por agresiones entre alumnos, acoso escolar, faltas de obediencia importantes y faltas de disciplina seria, con respecto al profesorado.

José Fisteos reconoce que Educación trasladó al juzgado varios casos de violencia en las aulas de cetros ourensanos. "Pero la vedad es que hemos mandado más casos al fiscal, por ausentismo escolar, que de tipo disciplinario". Esta medida se contempla, de forma excepcional, después de que intenten arreglar el problema los Servicios Sociales y el Servicio del Menor. Educación contempla como un caso grave de ausentismo escolar, "que se produzcan faltas reiteradas".

Escuelas con alumnos de veinte países

Algunos colegios de la provincia cuentan con alumnos de hasta veinte nacionalidades distintas, por lo que presentan una situación compleja y representan todo un reto para Educación, dado que los matriculados parten de circunstancias y conocimientos muy dispares. José Fisteos reconoce que los mayores problemas son la falta de conocimientos de algunos alumnos, dependiendo del nivel educativo existente en el país del que proceden, y la barrera que representa el idioma para muchos de ellos. Educación trata de suplir este tipo de carencias con refuerzos educativos, "para que puedan integrarse en la vida escolar ordinaria. Pero esto también tiene el aspecto positivo de la multiculturalidad, que es enriquecedora".