LUGO 1 - 0 OURENSE

LUGO

Marcos Valín; Moncho, Carril, Garmendia, Manu (Richard, minuto 79), Ciani (Mauro, minuto 63), Rubén Durán, Pablo Rodríguez, Uriz, Aira, Sergio (Losada, minuto 60).

OURENSE

Manu Taranilla; Josu, Oli, Aloisio, Portela, Tomás (Juan Estévez, minuto 40), Martín (David, minuto 80), Yebra, Anxo, Levi, Jaime Noguerol (Álvaro, minuto 76).

Gol

1-0 Minuto 87, Carril cabecea un centro desde la derecha de Moncho.

Árbitro

Emilio Costas Soto. Comité de Vigo. Asistido por Pérez Lago y Domínguez Graña.

Incidencias

Partido correspondiente a la 35ª jornada de liga disputada en el estadio Ángel Carro ante unos 2.000 espectadores, con tres centenares de seguidores ourensanos. Campo en buen estado.

Xabier Colmeiro / lugo

El Ourense tiene los latidos contados. Los cálculos que le libraban del descenso reclamaban los puntos del Ángel Carro, pero el Lugo le tenía preparada una cruel estocada que complica al máximo la continuidad en Segunda B. A estas alturas no se respetan las costumbres de buena vecindad y el equipo de Tomé ya ha perdido el rebufo de Alcorcón y Marino. La promoción de permanencia es el único puente a la salvación que queda en pie tras una espiral de resultados adversos que desquicia a propios y extraños. Jugarse a cara o cruz la viabilidad del club será un broche de plomo para una liga infame que exige remontar en tres partidos la ventaja de tres puntos que atesora el Villa de Santa Brígida. El calvario tiende a agravarse y la presión ha destemplado los nervios del equipo y del entrenador. Tomé tuvo que lidiar con un acalorado enfrentamiento entre jugadores en el vestuario al acabar el partido y con las encendidas críticas de algunos aficionados cuando abandonó el estadio.

La necesidad compartida disparó las revoluciones del partido. Con dos equipos a pecho descubierto contrastó la riqueza de recursos ofensivos que maneja el Lugo con los argumentos más ásperos del equipo ourensano. Tras unos minutos de cortesía el Lugo acaparó una pelota que al Ourense se le esfumaba en posesiones fugaces. Tampoco se encontraron las vías para salir al contragolpe porque la presión rojiblanca desarticuló la medular visitante. La progresión hacia el área de Valín encontraba muchas dificultades y, para una que prosperó, a Anxo se le apagó la puntería. Levi, ayer titular en el puesto de enganche tras estar desaparecido en lo que va de año, conectó con Martín y su dejada deparó un cara a cara entre Anxo y Valín en el que el portero cubrió impecablemente la portería.

El caudal ofensivo se agotó fulminantemente. El Ourense apenas llegó con un puñado de estrategias mal definidas. Justo al contrario que un Lugo que gestiona una variedad asombrosa de recursos ofensivos. Ante tanta versatilidad el Ourense tuvo que enfundarse el traje defensivo, el que peor se le ajusta, y contribuyó a alimentar la angustia que le acompaña. Ciani atacó sobre el flanco de Oli, Manu enfrentó a Josu y Sergio y Durán convirtieron cada aproximación en una sorpresa. Las dos primeras carreras de Sergio sobre el flanco derecho auguraron problemas para Aloisio, que se cargó muy pronto con una tarjeta por un supuesto codazo sobre Durán en el balcón del área.

Hubo que acordarse de Taranilla, al que le llegaron avisos de toda factura. El portero leonés estuvo firme en un cara a cara con Manu y en faltas magistralmente ejecutadas por Pablo Rodríguez. El partido ya era en la primera parte una prueba de supervivencia y antes del descanso llegó un nuevo problema con la lesión de Tomás, que no pudo llegar ni al descanso tras pasar la semana entre algodones. El técnico asumió riesgos y la factura tiene un coste desorbitado porque la enfermería ya está desbordada.

El Lugo se quedó con apetito de área y se abalanzó sobre el Ourense con la convicción de que el rival estaba maduro. Mucho fútbol de área, pero nula efectividad en los delanteros rojiblancos. El técnico del Lugo tiene tanto para elegir que la grada le abuchea cuando sienta a uno de los ídolos locales, Sergio, para refrescar el asalto con un jugador de la trayectoria de Losada.

Entre achuchones el Ourense sacó las garras en una llegada con gol de Martín anulada por supuesta mano. Tres minutos después llegó la segunda decisión arbitral desfavorable con la expulsión de Estévez. Dos amarillas en apenas diez minutos dejaron al Ourense en inferioridad ante un adversario multiplicado en labores ofensivas, aunque ofuscado en la ineficacia y con serias lagunas en la contención. De la fragilidad de la zaga del Lugo se tuvieron que olvidar los de Tomé por estar más que ocupados en frenar a jugadores como Pablo, un batuta de alta escuela que inyecta veneno a todos sus pases. Losada cruzó en exceso un servicio calibrado. Pero el Lugo no sacó la bandera blanca. Insistió y acertó a tres minutos del final con un testarazo de Carril que sorprendió a Josu y Aloisio. El Ourense no recuperó el conocimiento.