Jesús César Silva Méndez, más conocido como Padre Silva, compareció ayer en el Juzgado de Instrucción Número 1 de Ourense en calidad de imputado por varios delitos, después de no haberse presentado en cuatro ocasiones anteriores.

Según el abogado de la acusación particular, Luis Romero, que representa a uno de los miembros de la Asociación Ciudad de los Muchachos, "estuvo declarando desde las 10.10 y las 12.20 horas de la mañana de ayer", además de afirmar que "declaró lo que quiso, con infinidad de mentiras".

Este letrado le imputa un delito de estafa y apropiación indebida, además de falsedad en documento público, dado que alega que "vendió algo que no era de él", en relación con la finca que había en Bemposta, ya que añade, "primero la donó a la Asociación Ciudad de los Muchachos, fundada en 1988, y después la vende a una empresa constructora por 4 millones de euros cuando crea la Fundación Bemposta" y tenía una deuda "con Hacienda adquirida con la asociación que asciende a un millón cuatrocientos mil euros". Por esto, "por apropiarse de un activo de la propiedad de unos bienes de los que sólo se podría quedar en caso de disolución, incurre en estos dos delitos".

Por su parte, Jesús Silva declaró en la vista oral que "la finca es mía y nunca se la trasmití a nadie, por lo que puedo hacer con ella lo que quiera".

Ante esto, el abogado de la acusación alegó que "hay una escritura pública de la donación". Además también le imputan un delito a la empresa que compró la finca, al considerar que "sabían cual era su procedencia y que además no era de él".

Así, explicó que "hay constancia de que se pagaron ya 2 millones de euros, de los cuales 700.000 euros fueron para indemnizar a los profesores que se despidieron" cuando se cerró el colegio. El resto del dinero, al parecer, "está pendiente de pago y además embargado por la propia Seguridad Social".

Por su parte, la familia del padre Silva afirmó "que esto es una injusticia. Hasta hace cuatro años todo el mundo lo quería y ahora es un demonio, si hubiera hecho algo malo en 45 años lo podrían haber descubierto".

Su hermano indicó "que es absurdo ponerlo en duda, ya que la finca era de nuestra familia y se la dieron al padre Silva".