El coronavirus ha dejado a Bueu sin sus emblemáticas fiestas y verbenas por Santa Ifigenia, pero no ha podido hacerlo con otro de los elementos típicos de estas fechas: la sidra. La Comisión de Festas Patronais de Bueu repartió en el día de ayer más de 300 litros del preciado líquido en la primera edición de su Degustación de la Sidra Artesana, un evento llamado a compensar de algún modo la tradicional romería en el entorno del Pazo de Santa Cruz, y a mostrar un mensaje de relativa normalidad en tiempos difíciles.

Cientos de personas se acercaron a la pista de Banda do Río -convertida en recinto de la fiesta- a disfrutar del ambiente y de una sidra adquirida por la propia asociación a los cosecheros para repartirla de forma gratuita a todo aquel que se quisiese pasar por el lugar. Con los acordes de la charanga sonando y desafiando al tiempo, que regaló una mañana fría, nubosa y con viento al municipio buenense, los vecinos fueron acercándose poco a poco hasta la pista deportiva para participar en esta iniciativa. Ese goteo de personas hizo que durante la mañana se despachasen prácticamente todas las existencias, dejando únicamente unos 50 litros para aquellos que decidieron pasarse por la tarde. Eso sí, siempre manteniendo las distancias de seguridad y con unas medidas anti-Covid que fueron respetadas de forma escrupulosa.

De este modo, los improvisados catadores entraban al puesto donde los miembros de la asociación repartían la sidra por una línea y salían por otra diferente para evitar aglomeraciones. Allí les esperaban los más de 300 litros de sidra y un total de 800 vasos para servirla, en previsión de una buena afluencia de público. Y ya en la pista la amplitud de la misma permitía que en ningún momento se viesen demasiados asistentes juntos.

La existencia de un excedente económico en las cuentas de la asociación y el interés de sus miembros por realizar alguna actividad que mantenga viva la historia de esta celebración han permitido impulsar esta primera Fiesta Degustación de la Sidra Artesana de Banda do Río. "No queríamos que se perdiese la tradición", afirma el presidente del colectivo, Celso Dopazo, que deja entrever que este evento no deja de ser un banco de pruebas de cara al futuro. "Si gusta, de cara al año que viene podemos montar algo más importante, como una fiesta de la sidra", apunta. Lo que sí estaba claro es que la asociación quería acercar la degustación de la sidra al propio barrio, en lugar de circunscribirlo únicamente al entorno del Pazo de Santa Cruz. Este año ha sido posible asumiendo la gestión de forma directa, ya que los cosecheros declinaron la posibilidad de montar sus puestos.