El proyecto de reforma del llamado Camiño Real levanta sus primeras críticas semanas después de que se retomasen los trabajos. Así, los propietarios de la finca y carballeira de Castroviejo se consideran "afectados de forma muy negativa" por el diseño de las obras. En detalle, alertan de que el fresado de asfalto para la extensión de una franja de hormigón ha dejado al descubierto la parte baja del muro, además de remover tierras consolidadas. Temen que esto dañe la estructura del cierre de sus terrenos.

A mayores, alertan de las filtraciones de agua que también podrían dañar esta estructura y de que el hormigón "creará un tobogán y el agua caerá en cascada y entrará en nuestra finca por un portal". Propusieron, sin éxito, medidas como un peraltado que desvíe el agua de la lluvia. Ayer, tras una discusión con el arquitecto de la obra, sí que lograron una protección de 30 centímetros entre el tramo de celosía propuesto y su muro. Critican que se apueste por celosía "en una zona de sombra, pues se convertirá en un basurero".

Estos vecinos consideran la obra un "despilfarro de dinero" aludiendo a que no tendrá funcionalidad más allá del cambio estético. El coste de la obra asciende a 575.000 euros.