"Cuando empezamos solo éramos un grupo de familias que nos conocimos en una charla que organizaba el Concello de Moaña. De repente descubrimos que teníamos un problema en común y apenas se sabía nada del alzhéimer que sufrían nuestros familiares. Comenzamos a agruparnos simplemente para dar apoyo a los cuidadores". Quien así se expresa es la presidenta de la asociación de familiares de enfermos de alzhéimer de O Morrazo (Afamo), Fina Cancelas. Ayer la entidad celebró, en un sencillo acto institucional, tanto sus 20 años de existencia, que se cumplieron el 14 de septiembre, como los actos del Día Mundial del Alzhéimer, ya que este año no pueden organizar la romería con familiares y usuarios.
Lo que comenzó como una pequeña reunión de familiares llegó a nuestros días convertido en una de las entidades sociales de referencia a nivel gallego y que cuenta con 30 trabajadoras entre psicólogas, fisioterapeutas, trabajadoras sociales, auxiliares, educadoras o terapeutas. Además, al poco tiempo amplió sus servicios y de atender solo a los cuidadores pasó a tratar a los mayores con alzhéimer u otras demencias. "Nos dimos cuenta de que los familiares necesitaban de verdad que les ayudaran con los enfermos. Primero empezamos en un local que nos dejó la Asociación de Empresarios de Moaña. Después en otro gracias a la colaboración de la Asociación de Discapacitados y finalmente la Xunta apostó por nosotras para ser el primer centro público de la red gallega, trasladándonos al espacio actual", relata la presidenta.
Desde entonces dieron apoyo a más de un millar de familias de otros tantos mayores con esta enfermedad y atienden a 463 personas en las unidades terapéuticas en Moaña, Cangas y Vilaboa. Desde hace unos años también organizan aulas de memoria y envejecimiento activo con 350 usuarios.
"Todas las familias con esta enfermedad de un ser querido saben que en Afamo encuentra apoyo psicológico", señala Cancelas. Pone en valor el acuerdo con Povisa para que enfermeros y el neurólogo les asesore ante cualquier problema.
"Cuando empezamos no había ningún centro de día en O Morrazo y no teníamos ninguna experiencia con el alzhéimer. Apenas existía conocimiento sobre esta enfermedad y los primeros pasos solo se basaban en asesorar y acompañar a las familias", recuerda la presidenta.
En el acto participó también Marisa Barreiro, que con 80 años es usuaria, junto a su marido, de Afamo. "Esta asociación fue lo mejor que nos pudo pasar en la vida. Al principio no la conocíamos y cuando mi marido empezó a tener alzhéimer nos apoyó mucho. Ya no podemos vivir sin Afamo", concluyó la usuaria.
