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¿Hay una salina enterrada en Castiñeiras?

En el entorno, en Pipín, fueron descubiertos en 1974 los restos de una antigua villa romana

La marea baja deja ver el muro. // Fdv

Un vecino de Vigo que acostumbra a ir a la playa de Castiñeiras, en la ría de Aldán, aunque perteneciente a la parroquia de O Hío, ha puesto en conocimiento de la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural de la Xunta y del propìo Concello de Cangas el descubrimiento de unas piedras semienterradas en la arena de esta playa por si pudiera tratarse de una antigua salazón. Asegura el vecino que con sus propias manos retiró la arena. Ocurrió el día 10 coincidiendo con la marea baja. Reparó en un par de piedras que asomaban parcialmente entre la arena con una alineación, color y forma un poco diferentes a lo habitual en la playa. Su color y composición diferían -asegura- del resto de rocas cercanas, con aristas demasiado rectilíneas como para haber sido esculpidas por la naturaleza.

Lo primero que le vino a la cabeza pensando en la gran tradición de explotaciones de sal marina en los litorales de Galicia, que estas piedras podrían ser la estructura de una antigua salina. Al día siguiente del primer hallazgo, localizó dos piedras más alineadas, que ratifican para él la existencia de una estructura. Algunas presentan unas cavidades circulares esculpidas en sus laterales; otras unas hendiduras con forma de líneas rectas en su parte superior.

Este vecino asegura que con todo, de lo que se trate realmente deberá ser determinado, si es posible, por expertos en la materia.

En Cangas hay dos testimonios documentados de salazones de la época romana en la playa de Nerga, que fue descubierta por la familia Massó, amantes de la arqueología, en los años 60. Fue excavada y enterrada posteriormente para evitar su deterioro. Hay otra en Pinténs, que fue descubierta en 1977 en unas fincas cerca de la playa y que nunca se llegó a excavar.

No hay constancia de una posible salazón romana en la playa de Castiñeiras, pero el arqueólogo responsable de la excavación de O Facho, en Donón (O Hío), José Suárez Otero, admite viendo las fotografías que aporta este vecino de Vigo, que aparentemente sí hay unas piedras que no tienen forma natural y están en hilera, no puede confirmar que sean una salina, que para eso tendría que verlas en directo pero que tampoco lo puede descartar: "No sería exagerado relacionarlas con las estructuras romanas de la zona".De hecho, el padre del arqueólogo, José Suárez Mariño, tuvo el gesto de poner en conocimiento del Museo de Pontevedra el hallazgo de los restos de una villa romana cuando en 1974 construía una casa de segunda residencia junto a la playa de Pipín. Este vecino de O Hío, gran aficionado a la arqueología que heredó de su hijo y arqueólogo José Suárez Otero, descubrió en esta propiedad los restos de un antiguo hipocausto de una villa romana, que era el habitáculo en donde se calentaba el agua, propio de villas señoriales. Aparecieron unas columnas de ladrillos que hacían los arcos de esa dependencia y también muros consistentes de piedra. Aquellos restos nunca se excavaron, pero el Museo de Pontevedra publicó el hallazgo.

La riqueza arqueológica de O Hío es mucha y en la parroquia está el gran yacimiento de O Facho, en la cima de Donón. Enrique Massó fue quien, a través de los vecinos, descubrió las primeras aras del templo, de culto al dios Berobreo. Tras unos incendios en la parroquia se limpió el monte y José Suárez padre e hijo descubrieron más aras, en torno a 1976, lo que llevó después a la gran excavación que se realizó en este yacimiento con los arqueólogos José Suárez y Thomas Schattner que descubrieron en O Facho el santuario de peregrinación más antiguo de Galicia. Más de cien altares romanos de los siglos III y IV que honraban una enigmática deidad galaica.

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