Las actividades de los chiringuitos de verano traen de cabeza a los responsables del Concello de Cangas, que tramitan "decenas de quejas y denuncias" de vecinos y visitantes por incumplimientos de la normativa vigente. La más repetida, el cierre a altas horas de la madrugada, cuando el límite está en las 12 de la noche, pero también por la organización de conciertos y otras actividades que causan ruidos, la permisividad a la hora de saltarse la distancia interpersonal y el uso de mascarilla o la dispensación de comidas mas allá del pincho permitido. Algunos visitantes llegan a pedir la tarjeta de acceso motorizado a las playas con la justificación de que tienen reserva para "comer en el chiringuito", cuando se trata de una actividad no permitida. No obstante, desde la Policía Local dejan claro que "no todos incumplen" y de lo que se trata es de fijar responsabilidades, sancionar a los culpables y que "no paguen justos por pecadores".