Manuel Ángel Agulla es fotógrafo naturalista aficionado. El lunes por la tarde, como en otras muchas ocasiones, bajó por las rocas de Cabo Udra hasta situarse cerca del mar. Su objetivo estaba preparado para captar el paso de aves o a lo mejor de algún arroaz. Pero se encontró con una imagen bien diferente y espectacular: un ejemplar de atún rojo que se permitió saltar dos veces ante él. En la primera ocasión no tuvo tiempo de captarlo, pero el animal de brindó una segunda oportunidad con otro posado que el fotógrafo bueués sí pudo inmortalizar.
"Estaba en las últimas rocas, frente a Ons. Cuando saltó la primera vez ya vi que no era un arroaz, pero no estaba seguro de lo que era", cuenta Agulla. El fotógrafo permaneció apostado en el mismo lugar, con un objetivo 600, preparado para disparar por si el animal decidía emerger de nuevo. Así lo hizo pasados unos minutos, con lo que pudo disparar su cámara hasta dos veces. "Estaba a unos 300 metros de distancia. Para verlo a esa distancia está claro que tiene que ser un animal muy grande", señala.
Desde la asociación ecologista Anduxía apuntan que con toda probabilidad se trata de un ejemplar de atún rojo, como los que se pescan en las almadrabas de Cádiz. "Es una especie poco habitual en nuestra costa y debería tener un peso aproximado entre 150 y 200 kilos", señalan.
El autor señala que cuando tomó la instántanea no reconoció qué clase de pescado era. "Sabía que era un túnido y cuando compartí la imagen me dijeron que es un atún rojo. Yo dude incluso de si era un tiburón. Es una imagen curiosa, supongo que por causas del cambio climático", concluye.
