Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Mercedes Oliveira "Chis": "Al amor le tenemos que poner cabeza y que sea democrático"

Recibe el Premio Mulleres en Acción por su labor con adolescentes en educación sexual

Mercedes Oliveira "Chis". // FdV

Acaba de superar un coronavirus con UCI, que le llevó a estar ingresada un mes en el Hospital Álvaro Cunqueiro, al comienzo de la pandemia en marzo, cuando la enfermedad empezaba y el servicio sanitario luchaba para protegerse contra el virus. Mercedes Oliveira "Chis", hija del escultor Juan Oliveira, autor de figuras monumentales, como los caballos de la Plaza de España, en Vigo, es catedrática de Filosofía en el Instituto Alexandre Bóveda de Vigo, Mañana recibe el Premio Mulleres en Acción, dentro de la Mostra de Teatro, por su pionera labor pedagógica con adolescentes en el campo de la educación sexual y desde la perspectiva de género. Desde su tesis "La educación afectivo-sexual en la adolescencia. Epistemología y didáctica de una propuesta" (1997), en la que plantea el qué, cómo y desde dónde formular la educación sexual en la adolescencia, lleva aplicando de forma práctica las teorías que formula a sus alumnos, en másteres en universidades por toda España y en la formación de profesorado. Es autora de varios libros, entre ellos "La educación sentimental. Una propuesta para adolescentes"; "Eros:materiais para pensar o amor y junto a la socióloga Amada Traba "Ám@me. Pensar o amor no século XXI" que publicó en 2019 una nueva edición en castellano "Amarte. Pensar el amor en el siglo XXI". Recibió en 2011 el Premio Irene del Ministerio de Educación por sus propuestas educativas. Es Viguesa Distinguida. Mañana estará en el Auditorio de Cangas para recoger el Premio Mulleres en Acción.

-El coronavirus sigue siendo un peligro ¿le ha quedado miedo a salir a la calle?

-No, pero precaución sí. A pesar de la inmunidad, se estima que es menos de la que se creía y ahora piensan que solo son dos meses, por la que ya estaría en época de riesgo otra vez. Así que hago lo que todo el mundo, guardar distancia, mascarilla... A pesar de los cuidados sigues teniendo achaques. No es ninguna broma. En mi familia se han visto afectadas mi hija, una hermana y dos sobrinas.

-Usted que trata a los adolescentes ¿cómo cree que se están tomando el virus?

-La adolescencia siempre ha vivido con la sensación de a mí no me va a ocurrir. Pasó ante embarazos no deseados, el sida, las drogas...Piensan que son invencibles.

-¿Qué les diría, no salir a celebraciones?

-No. Eso depende de las autoridades. No hay que asustar ni hacer más tremendo de lo que ya es. Lo primero es afrontar que es una pandemia y que afecta a todo el mundo, independientemente de la edad, sexo, grupo sanguíneo...nadie se queda fuera. Está en nuestra mano cerrar las puertas al coronavirus tomando precauciones como mantener la distancia de seguridad, usar mascarilla y lavarnos la manos. Si te pilla el corona es porque no has hecho eso; cuando empezó no lo sabíamos, ahora sí. De nada sirve que no salgan, si el día que se va a la farmacia no se lleva mascarilla.

-¿Qué le supone el Premio Mulleres en Acción?

-Me hace mucha ilusión este reconocimiento porque además yo impartí clases en el instituto de Cangas durante cinco años, en donde además de trabajar la igualdad y la perspectiva de género, llevé el grupo de teatro. Fue una experiencia muy enriquecedora. Algunos de aquellos alumnos son profesionales del teatro. Antes había clases de Ética y Religión y en la de Ética empecé a montar el programa de educación afectivo-sexual en la adolescencia y ahí fui pionera. Después hice mi tesis sobre este tema.

-En su libro "La educación sentimental. Una propuesta para adolescentes" (1997) aborda lo complejo que es hacer educación sexual .

-Sí. Es importante para construirnos nuestra identidad. Si no somos conscientes de que la estamos construyendo, lo hacemos con los modelos que nos imponen. Fui diseñando trabajo didáctico para trabajar en las aulas. Desde entonces no he parado de trabajar con los jóvenes con asignaturas como la Antropología, la Filosofía del Derecho, la propia Ética. Procuraba utilizar todas las materias para tener la perspectiva de género. Normalmente se estudia todo, pero no desde la perspectiva feminista, de la desigualdad.

-¿Qué consejo le daría a los adolescentes para conseguir relaciones amorosas enriquecedoras, sanas?

-Aprendemos a mal amar, a complacer a los hombres, satisfacer su deseo sexual, a gustar, a ser riquiñas. Esa sumisión se vuelve contra nosotras porque la otra mitad no lo aprende así. Los chicos empiezan a ver pornografía y buscan la chica del relato pornográfico, sexi, que les excite, que les complazca. Y eso es una bomba de relojería. Es imposible que encaje el modelo de la búsqueda del paraíso a través del amor romántico y el deseo masculino de tener una chica súper sexi. Está claro que esto no funciona y si lo hace es porque las chicas se someten. La sexualidad y las relaciones, hoy por hoy, se aprenden en la pornografía a partir de los 8 años.

-¿Cómo se rompe ese modelo?

-Hay que aprender a bien amar, darse cuenta y desvelar todas las trampas del amor; cómo el patriarcado, de una manera sútil, nos ha tendido estas trampas y el amor es la forma de presión más importante para las mujeres. Nos tienden trampas de las que no somos conscientes. Es difícil protegernos porque aprendemos de la experiencia y de otras personas y lo que hay que hacer es un análisis intelectual. Por eso hay que trabajarlo a fondo. Después de dar esas trazas hay que ver cómo el paraíso era un atrampa y cómo hay que plantearnos unas claves para bien amar, que la ternura es fundamental, que hay que trabajar el amor como si fuera una huerta, regándolo y cuidándolo. Muchas veces las chicas se meten en relaciones amorosas muy tóxicas, sin darse cuenta de que llegan al maltrato. Solo hay que ver las mujeres que mueren al año a manos de sus personas más queridas

-¿Por qué con tanta información como hay hoy sigue habiendo estas relaciones tóxicas?

-Y mucho peor. La toxicidad está entrampada en el modelo capitalista, de consumo, en el que las chicas tenemos más presión en nuestro físico para gustar, para seducir, estar guapas, sexis, entretenidas... chicas cañón. Tienes que seguir siendo buena madre, buena ama de casa, súper guapa, competente en el trabajo y con toda la tiranía de la belleza. Solo hay que ver cómo crece la cirugía estética, la industria alimentaria, la moda...Es un entramado muy interesado. ¿Y todo para qué? No para gustarte tú, sino a ese hombre imaginario. En la pareja es importante comunicarse porque si no soy capaz de establecer una relación de comunicación con mi pareja, difícilmente puedo expresar lo que quiero y lo que no quiero, lo que me gusta y no, cómo quiero ser amada...Nos han diseñado un guión de vida y hay que rehacerlo.

-¿Se está a años luz de conseguirlo?

-Efectivamente. Mucha gente piensa que es algo concebido. Sí que se han hecho grandes logros, pero al amor no le hemos puesto cabeza y hay que hacer que sea democrático.

Compartir el artículo

stats