El candidato del PP a presidir la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, agotó este martes en Cangas su dosis de hablar en público sin distancia de seguridad. Bajo la mediación del que fuera alcalde cangués, José Enrique Sotelo, y ante la presencia del conselleiro de Facenda, Valeriano Mártinez, vecino de Bueu, Feijóo tuvo un cara a cara con una representación de vecinos de la Isla de Ons. Habían esperado en el entorno de A Capela do Hospital, donde se celebraba el mitin "popular", con una pancarta desplegada, con paciencia y esperando la oportunidad que Sotelo les había prometido al final del acto electoral.

Alberto Nuñez Feijóo no se arrugó. Supo encajar los golpes y también los devolvió. El presidente de la Xunta de Galicia en funciones dudaba de la representación del colectivo. Recordó que su gobierno llevaba años hablando con los isleos de Ons y que no se le podía criticar por llegar a acuerdos con sus padres (los representantes vecinales de Ons eran jóvenes, a los que la mascarilla obligatoria maquillaba su edad).

Tampoco se vinieron abajo los isleños, que fueron tenaces en su esfuerzo por dejase escuchar en medio de una megafonía que se había puesto a todo volumen (tal vez a propósito) y que dificultaba la conversación. Los vecinos pedían que la Xunta de Galicia volviera a la mesa de negociación de la que se había marchado y también reprochaban a Feijóo el hecho de que no se cumplían los acuerdos firmados el 11 de septiembre del pasado año. Las partes estaban rodeadas de policía de paisano, que tenían un ojo puesto en los miembros de otro colectivo que reclamaba que no se masificara la costa con el PXOM de Cangas, del que no se tienen noticias desde hace mucho y cuya competencia ahora mismo no la tiene el PP. Eso sí, varios de sus miembros tuvieron que ser parados por la Policía Autonómica y por la Guardia Civil cuando intentaban avanzar para acercase al candidato a la presidencia de la Xunta de Galicia por el PP.

Feijóo insistió mucho en que "levamos falando cos veciños de Ons dende antes de que tí existiras", apuntó en un momento dado de la conversación, apurado por las acusaciones de un joven que decía que la Xunta no se reunía con los vecinos. Hubo intercambio de opiniones, con un Feijóo que no quiso demostrar debilidad ni en el lenguaje ni en las formas, pero también hubo un principio de acuerdo: El candidato pidió que le mandaran aquellos acuerdos que dicen que se están incumpliendo, que se estudiaría. Uno de los representantes vecinales exclamó ¡Otra vez!, mientras que otro decidió que no era mal punto de partida para volverse a reunir. Los isleños no retrocedieron ante la presencia del poderoso candidato, pero mostraron su deseo de llegar a un acuedo. Hay que recordar que los vecinos de A Illa de Ons piden un acceso más fácil a la isla, sobre todo para los mayores.