El informe ocular del narcosubmarino hundido el 24 de noviembre de 2019 en la ría de Aldán, en la playa de O Foxo, en Cangas, y según consta en una providencia de la titular del Juzgado de Cangas, de fecha 2 de junio, que lleva el caso, desvela que los tripulantes, los dos ciudadanos ecuatorianos y el vigués Agustín Álvarez, se alimentaron durante la travesía de Brasil a la costa gallega de latas de conservas, de las que cargaban aproximadamente 250, así como seis paquetes de galletas y diversas unidades de bollería, dos cocineras, así como arroz para la elaboración de comidas, dos botellas de aceite, seis garrafas, supuestamente de agua, sobres con granulado para diluir como refresco y latas de bebidas de marca Redbull.
Entre los enseres encontrados en el narcosubmarino también se encontraron maquinillas de afeitar, pasta de dientes, cepillo dental, así como diversa vestimenta. De igual manera fueron halladas herramientas, como un par de taladros, una rebarbadora y destornilladores, además de piezas de sustitución para el motor, linternas, pilas, una batería para el teléfono de satélite, enchufes y repuestos para el sistema eléctrico. Los tripulantes también venían provistos de medicamenteos, como Nolotil o Ibuprofeno.
En la segunda fase de la exploración del narcosubmarino, que se centró en la extracción del interior de todos lo efectos posibles, los cuales a raíz de evaluar sus puntos, elaboración comercialización o distribución, aporten nuevos indicios sobre su procedencia, no fue posible obtener restos ni vestigios para la obtención de perfiles de ADN, ya que tanto las paredes inferiores del semisumergible como los objetos se encontraron impregnadas en su totalidad de una mezcla de gasoil y agua marina en los tres primeros compartimentos añadiendo una mayor concentración en aceite usado y líquidos de baterías.
También marihuana
En el citado informe se hace referencia a que se investigó el diseño y construcción del aparato, con el fin de determinar su procedencia y posible lugar de fabricación, comparándolo con artefactos aprehendidos por las fuerzas policiales de los países americanos, donde existe una casuística de incautaciones de este tipo de aparatos como método de introducción de sustancias estupefacientes.
También sale a relucir que Carlos Serantes, el padre de Iago Serantes (al que varios de los investigados señalaron ante la titular del Juzgado de Instrucción de Cangas, Sonia Platas, como el jefe de la operación) tenía en su poder, en el momento de su detención casi un kilo de marihuana, concretamente 747,10 gramos, de un valor en el mercado de 6.102,58 euros. Carlos Serantes fue arrestado en Vigo.
