Comenzó con un funeral -simbólico, eso sí- y acabó con una inesperada fumata blanca. La Xunta de Galicia se ha comprometido a respetar el acuerdo suscrito el pasado 18 de septiembre con vecinos de Ons y la corporación de Bueu, manteniendo el cupo de 800 plazas para los isleños, ampliables a 300 más en caso de que fuese necesario, y que se detraerían del cupo general. Se pone fin, de este modo, a una semana de protestas vecinales que arrancó el lunes con un encierro en la casa consistorial y que tuvo uno de sus puntos culminantes en la amenaza de los grupos políticos de Bueu de retirar su respaldo a la candidatura de las Illas Atlánticas a ser consideradas Patrimonio de la Humanidad.

El guión lo podía haber firmado cualquier maestro del suspense. Durante la mañana se especuló con la posibilidad de que hubiese una respuesta por parte de las consellerías, pero ese comunicado nunca llegó. La tarde arrancó con la performance de los vecinos representando el entierro de sus ilusiones a modo de preludio de la Mesa de Ons. Todo estaba preparado, con una cuando menos peculiar conexión telemática en la que varios portavoces estaban en sus casas, pero Félix Juncal, Xosé Leal y Elena Estévez en la segunda planta del concello y los vecinos en la primera, en el salón de plenos. Entonces sonó el teléfono para anunciar la presencia del delegado territorial de la Xunta de Galicia, Xosé Manuel Cores Tourís, que apareció con 20 minutos de retraso acompañado por el jefe territorial de Medio Ambiente, José Manuel González, y con una propuesta bajo el brazo, que no era otra que respetar el acuerdo del 18 de septiembre.

Después de dos horas de reunión se puso punto y final con el compromiso de mantener ese acuerdo y de reflejar a lo largo de la próxima semana los cambios necesarios en la plataforma de reserva de plazas para viajar a Ons. La corporación, por su parte, reiteró su respaldo a las reivindicaciones vecinales, y estará vigilante de que esas modificaciones se plasmen en los próximos días. En este sentido, el viernes se convocará una junta de portavoces (en la que también habrá representación de los vecinos) para consensuar los temas que irán fuera del orden del día en el pleno del 1 de junio. Uno de ellos será la aprobación del Estatuto de Veciñanza de Ons para definir quién es vecino de la isla. El otro es la retirada del apoyo a la candidatura de Patrimonio de la Humanidad, que solo se incorporaría al pleno en caso de que la Xunta no respetase su palabra.

"Sinceramente no salgo de mi asombro a pesar de que la sorpresa de última hora ha sido agradable. Estoy feliz con el acuerdo y solo espero que se cumpla", manifestó Félix Juncal, a la vez que mostró su "orgullo de ser alcalde de unos vecinos con los que me siento identificado".

La presidenta de la Asociación de Amigos y Vecinos de Ons, María José Pérez, se mostró mucho más cauta y expresó su preocupación por que el acuerdo se cumpla. "Queremos tener garantías y voluntad de que se haga lo que aquí se dice, aunque echamos de menos que asistiesen las personas que firmaron aquel acuerdo, concretamente la conselleira de Medio Ambiente y el conselleiro de Cultura", salientó la dirigente vecinal.