Las playas siguen en el punto de mira ahora que el lunes se entra en la fase II de la desescalada hacia la nueva normalidad, con previsión de buen tiempo, sin que los concellos hayan recibido instrucciones claras de las administraciones sobre cómo controlar el aforo de bañistas. Solo Cangas, en O Morrazo, ha actuado estableciendo restricciones de acceso rodado a sus 38 arenales, con vallas de prohibición, a las que solo se permitirá ir en vehículo a residentes, segundos residentes y clientes de restaurantes, pisos turísticos y hoteles que serán identificados mediante una tarjeta o pegatina que ya ha encargado el Concello y que se empezará a repartir en la primera semana de junio. El resto tendrá que acudir a pie, aunque las vallas están a una distancia de uno o dos kilómetros. La previsión que baraja el Concello es entregar más de 5.000, -entre 5.000 y 10.000-, teniendo en cuenta que el parque móvil del municipio es de 15.000 vehículos, que ya hay 2.000 tarjetas de zonas peatonales que también valen para este uso, y que no todos acudirán, que la previsión para este verano es que por miedo se irá menos a la playa, sobre todo la población mayor.

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Lo único que está regulado, por el momento, es lo que figura en la Orden estatal de flexibilización del confinamiento por el Covid-19 para esta fase II, publicada en el BOE el 16 de mayo, cuyo capítulo X alude a la reapertura de piscinas y uso de las playas. Se dice que el tránsito y permanencia en las playas se realizará en los términos del apartado 2 del artículo 7, de libertad de circulación, respecto a garantizar la distancia de dos metros; y en su caso siguiendo los apartados 2 a 5 del artículo 45, que establece, entre otras cuestiones, que "se debe de establecer una distribución espacial para garantizar la distancia de seguridad de al menos dos metros, mediante señales en el suelo limitando los espacios. Todos los objetos personales, como toallas, deben de permanecer dentro del perímetro de seguridad de dos metros, evitando contacto con el resto de usuarios". También dice que se recordará a los usuarios mediante cartelería o megafonía las normas de higiene y que debe de abandonar la instalación ante cualquier síntoma compatible con el Covid-19, que no se podrá hacer uso de las duchas de los vestuarios ni de las fuentes de agua y alude a la limpieza de los aseos que deben tener jabón y/o geles hidroalcohólicos o desinfectantes Covid-19.

Desde Cangas quieren dejar claro que las restricciones que están estableciendo no son para que la gente de fuera no acuda a sus playas, sino para limitar el acceso rodado. Confirman que cuando se entre en la fase II, se va a permitir bañarse y tomar el sol y a partir de entonces -el lunes- se irán retirando las vallas para sustituirlas por señalización vertical de dirección prohibida y las tarjetas. Estos elementos de identificación serán gratuitos e inmediatos. Se solicitarán directamente en la Policía Local, sin necesidad de escrito, enseñando la documentación del vehículo o la propiedad de la casa.

Bandera azul

Con respecto al distintivo de bandera azul, la Asociación Adeac ha informado a los concellos que sigue a la espera de los protocolos que tomará el Ministerio de Sanidad, que van a apoyar las medidas y que intentarán adaptar criterios a las nuevas realidades. Confirma que el izado se podrá realizar más tarde del 1 de julio (mediados de mes), para poder adaptar las playas y puertos y que no aprobará ninguna disminución en los servicios de socorrismo, que trabajan en nuevas técnicas de rescate con profesionales, científicos y técnicos del sector para ayudarles en su trabajo de forma segura. También recuerda que las duchas no son obligatorias para cumplir con la Bandera Azul, por lo que no afectará al galardón. El 9 de junio será cuando Adeac dé a conocer los galardonados.