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Saltar y correr tras el confinamiento

Moaña retoma las pruebas de selección para la contratación de siete auxiliares de Policía Local a las que se presentaron 62 aspirantes de los cuales solo cinco no pasaron

Un momento de la prueba de carrera en las pistas de atletismo de A Xunqueira. // Santos Á.

Después de dos meses de confinamiento, enfrentarse a unas pruebas físicas como las de ayer para la selección de siete auxilires de Policía Local en Moaña, se planteaba duro. Fueron las primeras pruebas que el Concello retomó después de que quedaran paralizadas por la emergencia sanitaria del coronavirus y ante la necesidad de reforzar el servicio. Andrea Castillo, natural de Colombia aunque vecina de Vigo, se preparaba ante la puerta del pabellón de Reibón para enfrentarse a la prueba de salto y después a la carrera de mil metros en las pistas de atletismo de A Xunqueira. Reconoce que llevaba tiempo sin correr, tras más de dos meses de confinamiento, y que una vez que pudo realizar actividad deportiva, ha estado saliendo un poco de casa para prepararse. "Durante el confinamiento saltaba a la cuerda y hacía ejercicios con botellas de agua o lo que podía", señala esta mujer de 24 años que ayer pasó todas las pruebas y hoy se enfrentará como el resto de los 56 compañeros que también lo lograron, a las pruebas teóricas en el Instituto As Barxas.

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Las de ayer estuvieron controladas por el inspector de Policía Local de Moaña, dos oficiales y un policía, además de la representante sindical. Después de que los aspirantes pasaran la comprobación de estatura mínima de 1,65 metros para los hombres y 1,60 para las mujeres; se realizó en el pabellón la prueba de salto vertical, y en las pistas de atletismo de A Xunqueira la carrera de mil metros en la que, debido a las medidas de seguridad por el estado de alarma, se hizo de dos en dos y no en grupos más amplios como antes del Covid-19, para guardar la distancia social.

Todos los aspirantes acudieron con mascarillas y había gel hidroalcohólico para lavarse las manos tras la realización de los ejercicios, sobre todo en el de salto, ya que había que tocar la pared para marcar cada uno la altura.El aspirante se colocaba en posición de partida, en pie, junto a una pared vertical, con el brazo extendido cara arriba y sin levantar los pies marcaba con agua en los dedos la altura que alcanzaba en esta posición. Después separándose 20 centímetros de la pared y saltando tan alto como pudiera, se marcaba nuevamente con los dedos el nivel alcanzado.

La distancia entre la marca inicial y la obtenida en el salto debía cumplir unos mínimos establecidos en un cuadro por edades. Entre 18 y 36 años, los hombres debían saltar un mínimo de 41 céntimos y las mujeres 32; entre 37 y 48 años, un mínimo de 33 ellos y de 28 ellas; y de 49 años para arriba, los hombres 29 centímetros y las mujeres 25.

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