Después de la tensión del lunes, ayer tranquilidad absoluta. De ello se encargó el mar, con unas condiciones que hacían prácticamente imposible trabajar en las rocas de la Costa da Vela. "Es el mar el que prohíbe trabajar", explicaban los percebeiros de Cangas, concentrados ayer en el entorno de la "Caracola" de Donón para decidir si bajaban a los "penedos" y para vigilar el trabajo de los bateeiros que tenían previsto acudir a por mejilla. Pero el estado del mar hizo innecesaria esa vigilancia: ningún mejillonero se desplazó ayer hasta este punto de la costa canguesa.
La bajamar ayer estaba prevista para poco antes de las 14.30 horas, lo que significaba que el trabajo en las rocas debía empezar unas dos horas antes. Alrededor de unos 40 percebeiros de la agrupación de la Cofradía de Cangas se reunieron antes del mediodía en Donón, aunque estaban prácticamente solos. La única compañía eran las patrullas de la Guardia Civil destacadas en la zona para evitar cualquier tipo de incidente. A la altura del cruce de Viñó había un primer control en el que los agentes daban el alto a los vehículos que circulaban en dirección a Donón. El segundo punto de control policial estaba justo en el acceso a la emblemática "Caracola".
Poco después de las 13.00 horas los percebeiros decidían marcharse ante la evidencia de que ni ellos ni los bateeiros podrían trabajar ante las condiciones que presentaba el mar en esta zona del litoral. Hoy volverán a reunirse para decidir cómo se organizan para esta jornada, aunque a priori durante lo que resta de semana la marea ya no se presenta tan favorable para trabajar. Desde la agrupación de percebeiros reclaman a la Consellería do Mar que excluya a la Costa da Vela de las zonas autorizadas para la extracción de cría de mejilla, una solicitud que se presentó el año pasado después de un primer conato de conflicto entre ambos sectores y que se volvió a entregar en abril. "Siguen sin contestar, el expediente sigue en un cajón", lamentan los percebeiros cangueses.
