En unas impactantes imágenes aéreas comprobamos como Cangas comienza a adaptarse a la "nueva normalidad". Los cangueses y canguesas abarrotan los circuitos habituales como el paseo de Rodeira o la antigua fábrica de Massó para desentumecer los músculos al aire libre tras casi dos meses confinados en sus respectivos domicilios a causa del Covid-19.
Además, el ruido ha vuelto a las calles del pueblo. Las terrazas y los comercios reciben, desde ayer, a sus primeros clientes. Entre los comerciantes se respira alegría por poder volver a abrir la verja, aunque sea con muchas medidas de protección y aforo limitado en el Morrazo aseguran que, aunque la gente siga asustada "hay que tratar de volver a la normalidad y no estar lamentándonos".