El capitán y el jefe de máquinas son holandeses, como la compañía del "Solitaire", y el superintendente es americano, pero cuando hay trabajos en las grúas de esta mole del mar, que se dedica a la construcción de gaseoductos submarinos por todo el mundo, se habla en gallego. Juan Jesús Conde Rosales es vecino de Moaña y lleva ya 23 años trabajando en la compañía Allseas, propietaria del "Solitaire". El buque, de 405 metros de eslora recaló ayer al abrigo de Cíes dejando muy pequeños a los barcos de bajura cuyos patrones se admiraban de semejante poderío en el mar. A bordo, con Juan Jesús Conde, viajan también los moañeses Jesús Marcos Pereira y Javier Seoane, que llevan ya menos tiempo, dos y ocho semanas, respectivamente, en el barco
El buque llegó a la ría de Vigo procedente de Holanda, en donde se ha estado preparando para un nuevo trabajo de una tubería en Israel, embarcando a la primera tanda de la tripulación -80 de un total de 450- que ha estado confinada 15 días debido a la pandemia del coronavirus, pasando los controles de las pruebas de PCR que realiza la compañía, encerrada a bordo. En la escala en Vigo recogerán a otros 205 tripulantes, la mayoría de ellos gallegos y asturianos, que han estado confinados en hoteles para pasar la cuarentena y confirmar que están libres del virus. Parte de la tripulación gallega es de O Morrazo -unos 15- y otra es de las zonas má al norte, de Ribeira, Boiro o Noia, que en este caso han estado confinados en un hotel de Santiago. En el caso de los pontevedreses, lo han hecho desde el lunes en el hotel Nagari, de Vigo.
La intención es que hoy el inmenso buque se acerque a las tres de la madrugada al pueto de Bouzas para recoger a esta nueva tripulación y parta el viernes en ruta hacia su nueva parada en Chipre, en el Mediterráneo. Allí recogerán al resto de la tripulación integrada por filipinos, malayos, coreanos...
Juan Jesús Conde estuvo trabajando a bordo del "Solitaire" en Noruega y después pasó las primeras semanas del confinamiento en su casa de Moaña, pero el 14 de abril tuvo que hacer de nuevo las maletas para viajar a Holanda y empezar la nueva singladura en su puesto de trabajo a bordo. desde entonces ha estado en cuarentena, encerrado a bordo, como sus convecinos en tierra y compañeros de trabajo en el buque Jesús y Javier.
Nada más recalar al abrigo de Cíes, un vídeo de Juan Jesús Conde en su Facebook delatba la alegría de regresar a su ría que, sin embargo, no volverá a ver posiblemente hasta julio, cuando se prevé que conluya la construcción de la tubería submarina en Israel.
