"Cito a 10 clientes por día, porque al llevar tanto tiempo sin venir son trabajos largos", explica la peluquera de Moaña María Riobó (Peluquería Gato Negro). Estuvo pendiente de la publicación del BOE la tarde del domingo. "Hasta que salió no llamé a nadie". Cada cliente entra con mascarilla. "La gente está muy concienciada y algunos mayores prefieren esperar más tiempo". Asegura que temía tener que echar el cierre. "Tuve la gran suerte de que mi casera me perdonó el alquiler, porque no podría abrir con deudas acumuladas", concluye.