Ismael Cardoso es el director comercial de la empresa "Zona de Obra O Rosal", especializada en montaje y mantenimiento de parques infantiles, pero también en desinfección de estos recintos, una tarea que parece más consecuencia de esta crisis del coronavirus, pero a la que ellos ya se dedican en varios concelos, desde hace 5 o 6 años. Ayer, tres operarios de la empresa y un encargado comenzaron en Bueu, y por encargo del Concello, la desinfección con hipoclorito de espacios públicos en el municipio para reforzar la limpieza diaria que realizan los operarios municipales.

La idea del Concello es que la desinfección se realice una vez a la semana, posiblemente los miércoles, actuando, tal y como señala la concejala de Economía, Emprego e Turismo, Silvia Carballo, en las zonas con actividad comercial, entradas a establecimientos de alimentación, farmacias, comercios abiertos, tanto en al villa como en Beluso y en Cela; bancos, cajeros y alrededores del centro de salud, plaza de abastos, Policía Local, paradas de transporte público y calles transitadas por actividad, aunque se entiende que no se puede salir al exterior y hay que guardar el confinamiento en casa, pero que reciben más carga de tránsito como Montero Ríos, Pazos Fontenla o Eduardo Vinceti.

La jornada para la empresa de desinfección comenzó a las seis de la mañana y concluyó pasadas las tres y media, realizando un repaso más a fondo del mobiliario urbano y marquesinas.

"El virus puede quedar en cualquier zona pequeña donde no llega el producto", asegura Cardoso, por eso que ellos, además de trabajar con rociadores de mano y máquina a presión para aclarar en algunas zonas, se valen de balletas para repasar zonas de riesgo más pequeñas como pueden ser en los parques las cadenas, tornillería y bancos de los columpios.

El director comercial de "Zona de Obra O Rosal", con sede en este municipio del Baixo Miño, asegura que aunque antes no era habitual que los concellos les llamaran para desinfectar parques porque la normativa no obliga, sí que había concellos que lo hacían, sobre todo a petición de padres preocupados con alguna situación de contagio. En su caso trabajaron con Vigo, Carballiño, Salceda y Ourense, entre otros. Nunca habían estado en O Morrazo hasta que estalló esta crisis del coronavirus que pasará, pero que provocará que no todo vaua a ser igual.