La empresa que iba a continuar las obra de derribo de las naves de la hormigonera de A Portela, que pertenecía a Luis Barros, se encontró ayer por la mañana con la desagradable sorpresa de que las máquinas había sido saboteadas. Les faltaban piezas y había roto los cristales. Hasta el lugar se desplazó la Policía Judicial y también el concejal de Obras del Concello de Cangas, Eugenio González. La empresa pudo reparar a lo largo de la mañana las máquinas y continuar los trabajos. Según el edil de Obras, el peligro está en lo que puede suceder de nuevo hoy, ya que no hay vigilancia.