Los concellos de O Morrazo acabarán el año 2020, incluso en sus mejores previsiones, por debajo del 30% del global de residuos sólidos urbanos reciclados. Lejos, por lo tanto, de los objetivos marcados por la Unión Europea de tratar correctamente el 50% de la basura al final de este ejercicio. Los concellos se quedarán también lejos del Plan de Xestión de Residuos Urbanos de Galicia que puso en marcha la Xunta para la década 2010/2020. De hecho, el crecimiento paulatino del compostaje de residuos orgánicos se ha frenado en Bueu y Cangas, dentro de la rápida implantación del uso de los composteros comunitarios en los últimos años.
Así, en 2016 en Bueu se trataron 0,74 toneladas de residuos orgánicos que no fueron al contenedor verde y acabaron convertidos en abono natural. En 2017 esta cantidad aumentó ya hasta las 18,48 toneladas y en 2018 llegó a las 23,55 toneladas. La nota negativa llegó en 2019, cuando se trataron 18,65 toneladas de residuos orgánicos.
Algo similar ocurrió en el caso cangués. En 2017 se eliminaron del contenedor verde 16,8 toneladas de residuos orgánicos. Un año después eran 46,3 toneladas pero el pasado ejercicio se quedaron en las 32,6 toneladas. En Moaña, por su parte, el crecimiento fue sostenido y no para. Así, de las solo 3,6 toneladas de basura orgánica tratada de forma sostenible en 2016, se pasó a 12,8 un año después. En 2018 los vecinos de Moaña ya habían aportado a los composteros comunitarios 18 toneladas y el pasado ejercicio llegaron a las 25 toneladas.
En Cangas hay composteros comunitarios en Rodeira, el Parque da Palma y la Avenida de Galicia. La intención del gobierno local es instalar los próximos tres centros en la alameda de Aldán, la urbanización de A Choupana y la Rúa Poio.
Más ambiciosos son los planes en Moaña. Cuenta en estos momentos con cuatro centros comunitarios -Praza 25 de Xullo; alameda del centro; calle Daniel Castelao; y Reibón- pero el bipartito ya ha solicitado ayudas para instalar este mismo año otros nueve depósitos de este tipo, abarcando así a gran parte de los barrios urbanos del municipio.
Más allá del reciclaje de residuos orgánicos, el servicio de recogida de basura que gestiona la Mancomunidade do Morrazo logra un reciclaje del 13,54% del peso total de los residuos. Se corresponde con los envases y plásticos, papeles y cartones así como el vidrio que se deposita en los contenedores habilitados y que en general cuentan con un uso intensivo y correcto por parte de los vecinos. Por lo tanto, la fracción orgánica es la que debe hacer subir el porcentaje de reciclaje para acercarse a los niveles que impone la Unión Europea.
Incluso incrementando de cuatro a 13 los centros composteros comunitarios como pretende Moaña e intensificando el reparto de los individuales, en este municipio las previsiones más optimistas entienden que lograrán gestionar de forma sostenible, a finales de año, el 28% de toda la basura que generen los moañeses. Se trata de un incremento notable y de un gran paso en la nueva dirección, pero cumplir con las indicaciones comunitarias llevará a la comarca al menos varios años más.
La Mancomunidade, presidida ahora por la alcaldesa moañesa, Leticia Santos, reúne a un equipo de trabajo dos veces al mes desde enero con el objetivo de redactar las bases para adjudicar el servicio de recogida de la basura o bien rescatarlo para su prestación directamente desde la administración. Y es que el 31 de octubre concluye la prórroga del contrato que tenía Recolte y que cedió a Urbaser. La intención es que el pliego de condiciones incluya el objetivo de incrementar el reciclaje de forma sustancial.
Además, la propia Mancomunidae ha solicitado una ayuda a la Diputación para costear a un técnicos compostero, que se sumará a los de cada concello de forma individual y colaborará a la hora de extender el tratamiento de residuos orgánicos.
En cuanto a los composteros individuales, en Moaña ya hay 246 familias con estos depósitos, tras el reparto de la pasada semana. El Concello ha solicitado una ayuda para otros 229 que se entregarán este año. Además, la subvención busca facilitar también el control de cada familia con jardín adscrita al programa, para pasar al Ministerio de Medio Ambiente los datos de la cantidad de basura orgánica que tratan y que por lo tanto deja de introducirse en los contenedores verdes para su envío a la planta de Sogama en Cerceda, en un gestión muy costosa en términos económicos para las arcas municipales. De hecho, solo computarán como reciclaje de basura los composteros individuales cuyos datos estén debidamente recogidos.
