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Los arqueólogos sacan a la luz la zona del castro de Domaio excavada por Losada Diéguez

Inician la intervención en las estructuras estudiadas hace casi un siglo | A finales de mayo el yacimiento debería ser visitable

Los trabajos en las estructuras que habían sido estudiadas por primera vez hace casi un siglo. // Gonzalo Núñez

Los arqueólogos de la empresa Terra Arqueos SL avanzan a buen ritmo en la excavación y puesta en valor del castro de Montealegre, en Domaio, tras acometer la limpieza y catalogación de unos 30 petroglifos del entorno. A mediados de noviembre comenzaron los trabajos financiados por la Xunta y en un plazo máximo de tres meses estarán finalizados, por lo que el conjunto histórico podrá ser plenamente visitable a finales de mayo si todo transcurre según lo previsto. En estos momentos los arqueólogos han entrado en una fase con un significado especial, que es la reexcavación para sacar a la luz de nuevo la superficie que fue sometida a un trabajo de investigación entre 1925 y 1926.

Hace casi un siglo un equipo de arqueólogos dirigidos por el histórico intelectual galleguista Antón Losada Diéguez realizaron la primera intervención en este castro, en la que pasó por ser uno de los primeros trabajos científicos sobre este tipo de yacimientos realizados en toda Galicia. Desde entonces no se volvió a intervenir en el conjunto hasta el año 2004, con la construcción inicial de las obras del Corredor do Morrazo. Ya entre 2016 y 2017, con motivo del desdoblamiento de la carretera y su conversión en autovía, se acometió una profunda excavación de dos áreas que sacó a la luz más de 30.000 piezas con valor histórico además de estructuras habitacionales. Esto motivó entonces un movimiento vecinal para pedir la protección del yacimiento castreño y una compleja ampliación interior del túnel de Montealegre para evitar agresiones al patrimonio.

Ahora, con la inversión de 280.000 euros por parte de la Xunta, la empresa contratada ha finalizado ya el trabajo con los petroglifos y ha redactado un proyecto de adecuación con los accesos y los itinerarios para facilitar la visita. Pues el poblado castreño que se remonta al cambio de era, hace más de 2.000 años, se encuentra en la ladera de una montaña con una pendiente pronunciada.

Las estructuras que se sacan ahora a la luz en la zona excavada en los años 20 del pasado siglo quedaron reflejadas en los resultados del trabajo de Losada Diéguez. En su primer trabajo, Losada habla de la presencia de restos de construcciones de diversas épocas y de depósitos de conchas. Finalizada la excavación de uno de esos concheiros, quedarían al descubierto restos de dos cabañas de piedra y gran cantidad de material. Hablaba también entonces de la existencia de vestigios de diversas civilizaciones.

Las dos cabañas mencionadas se consolidarán y podrán visitarse en función del estado en el que se encuentren, pues podría ser más adecuado volver a enterrarlas tras su estudio.

Acabada esta fase, los arqueólogos trabajarán en las zonas sacadas a la luz en los últimos años, que seguro se consolidarán para la visita de todos los vecinos. Esta última intervención había actuado sobre 700 metros cuadrados en la cara oeste del monte y sobre unos 400 metros cuadrados en el este.

Además de 30.000 piezas con valor histórico de cerámica, piedra y metal, que en estos momentos se encuentran almacenadas en el Museo de Pontevedra tras su pertinente estudio, se encontraron varias estructuras de gran interés como un enlosado de acceso al núcleo del poblado del que se conservan en perfecto estado más de 10 metros de vía.

En la zona oeste de la ladera se encontraron hasta cinco estructuras construidas, con buena parte de los muros perfectamente conservados bajo tierra. Que son las que podrán ser visitables. Las estructuras cerca de la vía de acceso acogían dentro de sus muros zonas de taller y de almacenamiento, según los expertos.

En la parte más alta es claramente identificable un hogar con un pequeño vestíbulo en el que se conservan restos de una zona de combustión con varias piedras, que se pudo haber utilizado para cocinar o para otras tareas.

La intervención en la zona este, por su parte, había desvelado un enorme conchero colectivo, en donde los restos de moluscos denotaban la tremenda importancia de éstos en la dieta de la época.

De momento, en la campaña iniciada en noviembre no aparecieron piezas muy destacadas, aunque los primeros días los trabajadores ya encontraron algunos restos de cerámica. De todas formas, se estima que casi todos los bienes muebles de calado fueron ya descubiertos y debidamente estudiados entre 2016 y 2017.

Está previsto un programa divulgativo con visitas de escolares a este castro antes de que finalicen las excavaciones. Además, se reconstruirá todo el espacio en 3D y se georreferenciarán todos los elementos con valor histórico identificados.

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