Creyó el vecindario que se trataba de una catástrofe cuando el sábado por la mañana vio llegar dos dotaciones de los Bombeiros do Morrazo, con su camión escalera y todo, a las inmediaciones del centro de educación infantil en Veigha de Mal. Pero el motivo era rescatar a un gato que llevaba una semana a golpe de miau, subido a un tejado del que era incapaz o no se atrevía a bajar, a pesar de las exquisiteces culinarias que los moradores le brindaban. Costó convencer al minino, atrincherado en las alturas, pero al final la operación concluyó con éxito: "Armamos rampas y cross check ok. Regresamos a base". Aunque los testigos, tan atentos al desenlace, ni siquiera captaron un documento gráfico del heroico episodio con final feliz.